- Los resultados sugieren un uso potencial del fragmento Hc-TeTx como fármaco para la enfermedad de Parkinson y la depresión subyacente.
El también profesor titular del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la UAB, explicó que la toxina tetánica es producida por la bacteria anaeróbica que genera una proteína de elevado peso molecular en laceraciones provocadas en la piel o mucosa, que al viajar vía hematógena y una vez hidrolizada produce el tétano, “enfermedad antigua de la que ya estamos protegidos gracias a las campañas de prevención y vacunas”.
José Luis Couttolenc Soto.
Un grupo de científicos españoles encabezados por José Aguilera Ávila, vicerrector de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), trabaja en derivados de toxinas tetánicas (TeTx) como fórmula para su potencial uso en fármacos para el tratamiento de la depresión y Parkinson.
Así fue dado a conocer por el propio investigador el jueves 9 de julio, en el marco de la conferencia en línea “Nuevos antidepresivos terapéuticos inmediatos: justificación fisiológica y molecular”, con la que participó en la Semana del Cerebro que lleva a cabo la Universidad Veracruzana (UV).
Dijo que este hallazgo es parte de los resultados recientes obtenidos de un fragmento de toxina tetánica con características antidepresivas, en donde se utilizaron modelos murinos.
Durante su exposición, el también profesor titular del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular en la misma UAB, explicó que la toxina tetánica es producida por la bacteria anaeróbica que genera una proteína de elevado peso molecular en laceraciones provocadas en la piel o mucosa, que al viajar vía hematógena y una vez hidrolizada produce el tétano, “enfermedad antigua de la que ya estamos protegidos gracias a las campañas de prevención y vacunas”.
De manera sucinta, planteó que además de la toxicidad que todos conocen, la TeTx contiene un fragmento separado del resto de esa toxina al que se le puede considerar como “el caballo de Troya”, y es ésta el área de la proteína que tiene la capacidad de llegar al sistema nervioso reconociendo las neuronas, haciendo posible que la molécula llegue a producir un efecto neurotóxico.
“Hemos descubierto que si separamos esta proteína y se elimina la parte tóxica, se encontrará una proteína que sabe llegar al sistema sin toxicidad produciendo endocitosis (mecanismo clave por el cual las células introducen moléculas grandes, partículas extracelulares, e incluso pequeñas células).”
Antes de concluir su conferencia transmitida por la plataforma Zoom, Aguilera Ávila refirió que los resultados obtenidos sugieren un uso potencial del fragmento Hc-TeTx como fármaco para la enfermedad de Parkinson y para la depresión subyacente; mencionó también que en comparación con otros tratamientos, este fragmento es más efectivo en la prevención de la progresión de la enfermedad de Parkinson con la simple aplicación periférica.
La administración, dijo, se puede limitar a una dosis o dos al mes, confiere protección neuronal en los sistemas serotoninérgico, colinérgico y catecolaminérgico, entre otros; “como idea novedosa, está el uso en la depresión asociada, o no asociada, a la enfermedad de Parkinson”.
El grupo de estudio de las neurotoxinas clostridiales está integrado además por: Carles Gil, Mireira Herrando, Roger Cubi, Natalia Moreno, Ana Candalija, Victoria Palafox y Laura Ortega, quienes han trabajado sobre otras enfermedades como Alzheimer, atrofia muscular espinal, esclerosis lateral amiotrófica, parálisis facial e incontinencia, y tienen proyectado continuar con la enfermedad de Huntington y la esquizofrenia.