- Artemio Díaz estudió si la ganancia (cosecha en kilogramos) de la caza estaba en función del uso de arma de fuego y ayuda de perros rastreadores
- “¿Cómo influye la región donde se realiza actividad de cacería en la cantidad de cosecha?”, planteó Juan García.
Karina de la Paz Reyes Díaz .
Los estudiantes de la Maestría en Ciencias Biológicas (MaCBio) de la Universidad Veracruzana (UV), Artemio Díaz García y Juan García Contreras, analizaron las bases de datos de una investigación internacional sobre la historia evolutiva humana y el aprendizaje cultural mediante modelos matemáticos, concretamente sobre el forrajeo.
El profesor-investigador de la Facultad de Biología de la UV, Luis Pacheco Cobos, explicó que el término “forrajeo” se refiere a la búsqueda de alimento u otro recurso (refugio o pareja), realizada por los organismos en su ambiente. La expresión conductual de dicha búsqueda se puede ver en los movimientos o desplazamientos que realizan los individuos en el espacio y el tiempo.
“La cacería es un ejemplo de forrajeo, pues el cazador debe explorar (moverse en) su ambiente en busca de la presa que desea cazar. El cuándo y en dónde la encontrará es parte del conocimiento y experiencia que requiere para que su búsqueda (forrajeo) sea exitosa. El cómo la atrapará tiene que ver más con cuestiones tecnológicas (herramientas) o estratégicas de las que dispone.”
Cabe recordar que la prestigiada revista Science Advances publicó en su número de junio de 2020 el artículo “The life history of human foraging: Cross-cultural and individual variation”, del cual es coautor, junto con un extenso grupo de investigadores internacionales, Luis Pacheco Cobos.
En su momento, se precisó que el artículo aborda la historia evolutiva humana y el aprendizaje cultural mediante modelos matemáticos, para ello se analizó una muestra de cerca de 23 mil registros de cacería de subsistencia, provenientes de más de mil 800 cazadores de 40 sociedades alrededor del mundo.
Pacheco Cobos refirió que la extensa base de datos y el código para realizar el análisis en “The life history of human foraging” están disponibles en https://osf.io/2kzb6/ y fueron aprovechados por los alumnos del curso Ecología Cultural de la MaCBio, quienes durante el semestre Febrero-Julio 2020 plantearon y respondieron analíticamente preguntas secundarias utilizando tal información.
Artemio y Juan hicieron análisis secundarios utilizando la base de datos que dio lugar a los resultados presentados en el citado artículo y compartieron a Universo tal experiencia analítica.
La mayor ganancia está en África
Juan, de 34 años, explicó que como primera actividad se realizó la lectura del artículo “The life history of human foraging: Cross-cultural and individual variation” para discutirlo en la experiencia educativa (EE) Ecología Cultural, con el fin de conocer las 40 sociedades que fueron estudiadas por los autores en diferentes partes del mundo.
Asimismo, emplearon el programa R (https://www.r-project.org/) para realizar los análisis, ya que en el mismo artículo proveen la liga para utilizar este conjunto de datos como parte de un paquete adicional.
Después de revisar el artículo, Juan se planteó: “La cosecha está en función de la región donde realizaron la actividad; es decir, probablemente en el continente africano hay más animales para cazar que en el continente americano, entonces ¿cómo influye la región donde se realiza actividad de cacería en la cantidad de cosecha?”.
Dado que en el artículo no vienen clasificadas las sociedades por continentes, se dio a la tarea de hacerlo y encontró que los datos provienen de África, América, Asia y Oceanía; posteriormente, procedió a calcular promedios y desviaciones estándar (dispersión de los datos con respecto al promedio obtenido en la cosecha).
Tras el análisis de los datos resultó que el promedio de aprovechamiento con mayor cosecha es en África, mientras que el menor se observa en Oceanía.
Sin embargo, a Juan le surgieron más preguntas durante el análisis realizado, por lo cual continuó con la revisión de las variables proporcionadas en la base de datos, como la duración de las cacerías; en este caso, encontró que las horas invertidas en tal actividad determinan la cantidad de cosecha obtenida en cada región geográfica.
La ganancia es mayor con arma de fuego
que con perros rastreadores
A Artemio, de 32 años, le interesó conocer si la ganancia (cosecha en kilogramos) de la caza estaba en función del uso de arma de fuego y la ayuda de perros rastreadores.
Hizo un análisis descriptivo para responder tal planteamiento, el cual consistió en examinar todos los casos donde aparecía: la presencia de perros, el uso de armas, la ganancia (cosecha) en kilogramos y la duración del recorrido.
De los 23 mil 747 casos registrados en la base de datos, en un total de ocho mil 71 salidas (recorridos) aparecían las cuatro variables de interés, de donde Artemio obtuvo que en dos mil 414 llevaron arma y la ganancia fue de 48.5 kilogramos; mientras que de mil 232 salidas donde llevaron perros, la ganancia promedio fue de 12.4 kilogramos.
Por otro lado, añadió, en 943 salidas que llevaron perros y armas, la ganancia promedio fue de 15.2 kilogramos; y de tres mil 931 salidas donde no hubo ayuda de perros ni de armas, la ganancia promedio fue de 4.50 kilogramos.
“De esta manera se concluyó que cuando se hizo uso del arma la ganancia en kilogramos era mayor que cuando llevaron perros o que cuando combinaban ambas estrategias.”
Cabe citar que, como parte del ejercicio de reflexión, a ambos estudiantes les surgieron más preguntas, mismas que quedaron abiertas durante el proceso, lo cual muestra la posibilidad de realizar más análisis sobre el tema.
Entre ellas están: ¿qué especies se están cazando en cada continente? (lo cual no está disponible en la base de datos); ¿en qué contexto (por ejemplo, regional o social) se desarrollan las cacerías con arma de fuego y/o perros?; ¿existe una predilección por cierto tipo de caza (con arma y/o perro) según el continente?; ¿cazar con armas es lo más provechoso?; ¿de qué manera afecta a las poblaciones de fauna silvestre cada tipo de cacería (con arma y/o perros)?
A los estudiantes se les preguntó sobre los retos o desafíos que vislumbran para las venideras generaciones de personas abocadas a estudiar la historia evolutiva humana y el aprendizaje cultural.
En opinión de Artemio, “los desafíos siempre están en función del enfoque de la investigación que se pretenda realizar, principalmente; si no existe flexibilidad en cuanto al método y a la naturaleza de las variables a tratar, puesto que al predominar una visión positivista en la investigación, ésta se vuelve pragmática y difícilmente acepta nuevas perspectivas en cuanto a la actividad científica se refiere”.
Por su parte, Juan considera que “cada estudio tiene sus dificultades y en la actualidad hay acceso a la información gracias al Internet, se pueden obtener datos de primera fuente y confiables para sustentar, analizar y comparar resultados”.
Es más, añadió que eso permite reflexionar acerca de vías alternas para hacer investigación, toda vez que en algunas ocasiones se tiende a pensar que el trabajo de campo o laboratorio son las únicas formas de conseguir evidencia sobre los procesos que ocurren en la naturaleza.
“Existen muchas bases de datos ya compiladas y de acceso libre, que pueden ser útiles para responder preguntas de investigación. Creo que la comunidad científica actual tiene la ventaja de interactuar a distancia en tiempo real o por distintos medios electrónicos.”
En ese tenor, Juan invitó a la comunidad científica en formación para realizar este tipo análisis, reflexiones y discusiones, porque se puede aprender mucho. Al mismo tiempo, agradeció al investigador Luis Pacheco Cobos por hacerles partícipes de este tipo de actividades que fomentan el interés por adquirir nuevos conocimientos.