- Fue el tema de análisis en la IX sesión del Webinario Internacional de Arqueología-
Karina de la Paz Reyes Díaz
Reorganización, regeneración, migración, población y repoblación en la costa del Golfo en los periodos clásico y posclásico, fueron parte de los planteamientos vertidos en la novena sesión del Webinario Internacional de Arqueología (WIA), organizado por la Universidad Veracruzana (UV), a través del cuerpo académico (CA) Arqueología del Paisaje y Cosmovisión.
La conferencia llevó por título “Del clásico al posclásico: colapsos y estrategias de organización en la costa del Golfo” y fue impartida por Marcie L. Venter, de la Universidad Estatal de Murray, Estados Unidos (EEUU).
Los comentarios estuvieron a cargo de Kim N. Richter, del Instituto de Investigación Getty; Gabriela Montero Mejía, de la Universidad de Kentucky, y Philip J. Arnold III, de la Universidad Loyola Chicago, instituciones asentadas en los EEUU.
En la presentación, la organizadora del WIA y directora general de la Universidad Veracruzana Intercultural, Lourdes Budar Jiménez, aclaró que un proceso de colapso no es la extinción de una tradición ni la desaparición total de una población; tampoco se trata de un fenómeno pasivo y es más bien un proceso que antecede al momento más álgido de pugnas y conflictos sociales.
Por su parte, Marcie L. Venter citó cambios documentados en Mesoamérica en la transición del clásico tardío al posclásico temprano, por ejemplo: colapso de grandes centros, como Teotihuacán o Palenque; cambio climático; reorientación de redes económicas hacia las costas y sus rutas de navegación; cambios en la explotación de los recursos (como la obsidiana); conflictos y competencias entre centros; énfasis en otros sistemas de autoridad, así como migración o peregrinación.
Dentro de Los Tuxtlas, precisó, hay larga historia de ocupación, desde el formativo medio y muchos siguieron en el clásico y hasta el clásico tardío.
La investigadora habló de la resiliencia de sistemas y comparó dos sitios en los que ha trabajado: Totogal y Matacanela. Para ella, las características más importantes que contribuyeron a sus diferentes situaciones son que el primero fue un pequeño sitio ritual durante el clásico tardío, y el segundo fue de mediano a grande.
Además, otros factores que citó fue que en Totogal se aprecian recursos y nuevas redes comerciales, así como estilos cerámicos, ubicación elevada menos afectada por inundaciones, por citar algunos; incluso el establecimiento en el sur del sitio se ve menos afectada por el declive político de Totonacapan.
En cambio, en Matacanela se han identificado prácticas de subsistencia menos diversas en el clásico tardío; no descartó “enredos políticos en competencia” entre este sitio y otros, es más, citó que las inundaciones si bien no fueron un problema, el aumento de la humedad podría haber afectado los cultivos de maíz.
“Estos factores afectaron la resiliencia diferencial. El crecimiento del Totogal en el posclásico tardío se benefició de los intereses aztecas e intercambios regionales.”
En su oportunidad, Philip J. Arnold expuso: “En la neblina del pasado: el posclásico en Los Tuxtlas”. Para él, es necesario pensar en transformaciones y no en cambios rápidos. “Seguramente hubo cambios rápidos en el pasado, pero la mayoría del registro arqueológico es una acumulación lenta”, remarcó.
En tanto, Kim N. Richter expuso sobre el colapso a través de las representaciones escultóricas. “Transiciones culturales en la Huasteca: clásico al posclásico”, se tituló su presentación.
Finalmente, Gabriela Montero Mejía, estudiante del doctorado en la Universidad de Kentucky, comentó puntualmente la conferencia de Venter; dijo que su trabajo es un buen ejemplo para mostrar estas complejidades y las conclusiones que tiene son gracias a una investigación muy minuciosa de refinar la cronología por medio de análisis de atributos, fechamientos, contextos excavados.
“Creo que este tipo de trabajos son muy importantes para reflexionar sobre las complejidades prehispánicas y también acerca de los conceptos más teóricos de colapso y resiliencia; y reflexionar cómo tal complejidad se refleja en los materiales arqueológicos y en nuestros propios métodos de estudio.”
Esta sesión se desarrolló el 23 de julio y, al igual que las demás, puede consultarse a detalle en la página de Facebook: WIA.UV.
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