Conflictos de interés en la compra pública de medicamentos y riesgos de incumplir tratados comerciales como el T-MEC o el TIPAT, son dos de los más importantes efectos adversos de la degradación administrativa de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) dentro de la Secretaría de Salud, de acuerdo con exfuncionarios y exnegociadores comerciales.
Para Salomón Chertorivksy, secretario de Salud durante el sexenio del expresidente Felipe Calderón, la medida que desde el miércoles deja a la Cofepris reportándole a la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud, se llevó a cabo con un “desaseo institucional” que bien podría ser llevado por el Congreso de la Unión a una controversia constitucional.
En entrevista con El Economista, dijo que, en principio, esa decisión liquida la independencia, la transparencia y la autonomía de la agencia regulatoria, poniendo en entredicho su credibilidad. “Me temo que es muy probable que, en la siguiente revisión de certificación, nos pudieran quitar el grado de agencia con reconocimiento internacional y eso es una pérdida importantísima”, afirmó.
La segunda implicación es que “hay un clarísimo conflicto de interés, porque la Subsecretaría es un importante comprador de insumos médicos, compra casi todas las vacunas del país, compra pesticidas, compra antirretrovirales para VIH, hace compras importantes de insumos y cuando tú pones bajo las órdenes de aquel que compra, que regula, pues eso puede llevar a muy malas prácticas”.
Incluso, agregó, “puedes buscar adelantar tiempos en los procesos de registro que pueden conllevar a pérdidas en la seguridad, eficacia y calidad de los productos. Si tu presupuesto no te alcanza podrías ejercer presión sobre el regulador para que te registre productos de otras partes del mundo, en fin”.
Asimismo, dijo que con esta acción se está desordenando un sector que fue avanzando desde 2001, cuando fue creada la Cofepris, y que logró desde el 2011 mejoras administrativas, y fue en la época en la que se dio lugar a la certificación internacional como agencia, primero hemisférica por parte de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y después una agencia mundial como parte de la OMS.
El ex secretario de Salud expuso que el diseño original e institucional de Cofepris se tomó de los modelos que operan en las agencias más importantes del mundo, como la FDA en Estados Unidos, o las agencias europea, alemana, japonesa. “Estos órganos son normalmente autónomos y está tan separados de los compradores tanto como sea necesario”.
Riesgos globales
Por su parte, Arturo Rangel, exasesor del área de buenas prácticas regulatorias del Consejo Coordinador Empresarial durante la negociación del Tratado México, Estados Unidos, Canadá (T-MEC) y del Tratado de Integración Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP), alertó sobre el posible incumplimiento de México de sus compromisos en estos tratados, lo que en el peor de los casos podría llevar a nuestro país a enfrentar paneles de solución de controversias en materia regulatoria.
Afirmó que, al supeditarse a una dependencia federal, la autonomía de la Cofepris se podría diluir, afectando la transparencia sobre trámites y procedimiento es sus áreas de regulación, desde los alimentos, dispositivos médicos y productos químicos, lo que llevaría a entorpecer el comercio exterior, de acuerdo con los compromisos pactados en el artículo 28 del T-MEC. “Nuestros socios comerciales, al ver ésto, querrán iniciar un panel dentro del capítulo 31 de solución de controversias… Más allá del panel, le agregamos una rayita al tigre de inseguridad jurídica de poca confianza para la inversión, porque había un organismo estructurado y reconocido a nivel internacional”, sostuvo el ex representante de Comercio Exterior de la Canacintra.
Explicó que el capítulo 28 del T-MEC busca generar transparencia y una mejor capacidad de análisis entre las partes y que haya rendición de cuentas (transparencia), practicabilidad en la forma en que se generan la regulación; sobre todo, dijo que exista cooperación regulatoria entre las partes. “Lo que busca es eliminar requisitos, sean redundantes o divergentes o duplicados, pero sobre todo, evitar que esos requisitos entorpezcan el comercio exterior”. Dentro de las negociaciones del nuevo acuerdo comercial, se determinó que haya una evaluación del impacto regulatorio obligatorio y esa evaluación se tendrá que presentar información que justifique la medida y una obligación de planeación anticipada, recordó.