- Con la plática impartida por Rebecha Menchaca, coordinadora del Citro-UV, inició el ciclo de seminarios internacionales “Vainilla de México para el mundo” .
- El próximo seminario se realizará el 16 de octubre y se podrá seguir por Facebook Live.
Paola Cortés Pérez…
Rebeca Menchaca García, coordinadora del Orquidario de la Universidad Veracruzana (UV), dijo que desde sus inicios la vainilla tuvo dos principales usos: medicinal y comestible, al participar en el ciclo de seminarios internacionales “Vainilla de México para el mundo”, que inició la tarde del miércoles 16 de septiembre.
Este ciclo de seminarios es organizado por autoridades federales, estatales y municipales, así como por productores de vainilla y la UV; se llevó a cabo a través de la plataforma Zoom y transmitido por Facebook Live.
En este primero de tres seminarios que se realizarán, participaron la académica Rebeca Menchaca y Alexander Damián Parizaca, investigador asociado de la Universidad Científica del Sur, en Lima, Perú.
Cada seminario internacional se llevará a cabo el día 16 de cada mes, para culminar el 16 de diciembre con la celebración de la declaratoria del Día Nacional de la Vainilla.
En la primera plática, Rebeca Menchaca dio un bosquejo sobre la historia de la vainilla y cómo se distribuyó por todo el mundo. Dijo que la Vanilla planifolia es una orquídea tropical cultivada históricamente en México –tiene 10 especies registradas de este género–, aunque ahora se ha distribuido en otros países.
Mencionó que se desconoce cuándo y cómo empezó a utilizarse como aromatizante y comestible, pero los códices indican que fue muy conocida por los antiguos pobladores, ya que en algunos escritos aparece como tlilxóchitl (flor negra), probablemente porque cuando la vaina abre parece una flor y despide el aroma.
“Fue usada para dos cuestiones principalmente: medicina, aceleraba el parto y curaba heridas infectadas; y comestible, para aromatizar y condimentar la bebida amarga (el chocolate).”
Con la llegada de los españoles, las recetas prehispánicas fueron copiadas y recreadas por los frailes, dado que hubo mucho interés por llevarlas al viejo continente.
La planta de la vainilla fue llevada a Europa, principalmente a los jardines botánicos de España y Francia, pero no lograron que floreciera; posteriormente, llegó a las islas del Océano Índico, Madagascar e Isla Reunión, donde sí floreció, pero no dio fruto debido a que no existía el insecto polinizador de la flor. Fue entonces que un esclavo logró polinizar la orquídea manualmente, logrando con esto la apertura del cultivo a todo el mundo.
En el siglo XIX, Papantla fue considerada como “la ciudad que perfuma al mundo”; en sus calles y azoteas se ponía a secar este fruto aromático e inició su exportación al extranjero, convirtiéndose en el principal productor.
De acuerdo con un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en 2008 el 58 por ciento de la producción mundial de la vainilla la tenía Madagascar, le siguen Indonesia con un 23 por ciento, China con el nueve por ciento, y México con el tres por ciento.
Rebeca Menchaca dijo que los productores de vainilla están en una situación crítica debido a los embates del cambio climático y los periodos extraordinarios de lluvia.
“2019 fue un año crítico para los productores, por ello es necesario repensar el cultivo de la vainilla, retomar las buenas experiencias y valorar las costumbres antiguas del cultivo en árboles y acahuales. Necesitamos apoyarlos, sobre todo ahora que el cultivo se ha desplazado a zonas más altas.”
Por último, dijo que hace falta más investigación, principalmente sobre ecología, micorrizas/hongos benéficos asociados a la vainilla, adaptación de la planta a diferentes altitudes, polinización, combate a plagas y enfermedades, nuevas zonas de cultivos, entre otros.
El próximo seminario se realizará el 16 de octubre y se podrá seguir en el perfil de Facebook: Vainilla de México para el mundo.
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