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Fuente:
Universidad Veracruzana

 

  • El investigador de la UAM ofreció la plática “Hacia una inteligencia artificial responsable 2020”, en el marco de la Jornada de Inducción al CIIA 2020 .

 

Christian Lemaitre dio una charla como parte de las actividades de la Jornada de Inducción al CIIA 2020.

 

“Hay mucho que hacer, el cerebro es mucho más grande de lo que nos quieren vender con las aplicaciones inteligentes. Estamos muy lejos de esta maravilla que es el cerebro”. 

 

Paola Cortés Pérez.. 

 La inteligencia artificial (IA) es un campo del conocimiento que está en constante desarrollo, comentó Christian Lemaitre León, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Unidad Cuajimalpa, al dictar la plática “Hacia una inteligencia artificial responsable 2020”, en el marco de la Jornada de Inducción al Centro de Investigaciones en Inteligencia Artificial (CIIA) 2020 de la Universidad Veracruzana (UV). 

La charla se llevó a cabo a través de la plataforma Zoom y transmitida en la página de Facebook del CIIA, la tarde del viernes 25 de septiembre. 

Christian Lemaitre comentó que en los últimos 10 años se crearon dos oligopolios del mundo digital: GAFAM (acrónimo de GoogleAmazonFacebookApple y Microsoft)que representa a las empresas norteamericanas; y BATX, que se refiere a las empresas chinas. 

“Son empresas que dominan al mercado, tienen miles de millones de usuarios y capacidad de capturar toda la información de los usuarios (big data), monetizan esa información de diferentes maneras y han encontrado en aplicaciones de IA su mina de oro, porque les permiten manejar grandes cantidades de información. 

Indicó que la IA se ha convertido en un fenómeno económico y social de todo el mundo desarrollado, pues ven en los países mercados potenciales. 

La IA, destacó, tiene una diversidad de cosas prometedoras, una de ellas son las aplicaciones en el ámbito de la medicina, ya que están enfocadas en mejorar la salud del ser humano. 

Sin embargo, bajo el pretexto del progreso, muchas de las nuevas aplicaciones del IA afectan los derechos humanos de las personas, ya que se sienten amenazadas de quedar desempleadas, otras más se sienten vigiladas en su intimidad y manipuladas en su percepción de la realidad, perdiendo su autonomía. 

“Cada vez más personas se percatan de que se han convertido en adictos a ciertas plataformas cuyas interfaces se han diseñado para mantener conectados en línea a sus usuarios el mayor tiempo (diseño adictivo); esto permite a las empresas monetizar ese tiempo frente a la pantalla para subastar a los anunciantes.” 

En el ámbito empresarial han surgido una multitud de empresas con productos basados en técnicas de IA que buscan automatizar procesos cognitivos, como evaluación de personas, sistemas de predicción, toma de decisiones diversas, entre otras. 

Por último, apuntó que la presión social puede obligar a encontrar nuevas estrategias en investigación en IA: hacer que el centro de atención sea el bienestar del ser humano y de su comunidad; cambiar el modelo de negocio a una economía sostenible y de protección al medio ambiente; desarrollar las herramientas para la defensa de los usuarios humanos ante los embates de las empresas depredadores; trabajar en grupos interdisciplinarios en la atención de los problemas de la población, y desmitificar a la IA. 

Hay mucho que hacer, el cerebro es mucho más grande de lo que nos quieren vender con las aplicaciones inteligentes, que son un peligro para el cerebro. Estamos muy lejos de esta maravilla que es el cerebro. 

Recordemos que nuestro cerebro es un sistema capaz de crear poesía, resolver problemas de mecánica cuántica, discutir de política, contar cuentos a un niño y disfrutar de la naturaleza.