- “Todo lo que deseo, sueño y percibo son mis herramientas de creación».
- La actriz de la Compañía Nacional de Teatro participó en el 29 Festival de Teatro Universitario con el tema “Mi vida en el teatro».
Jorge Vázquez Pacheco..
En el marco de la celebración del 29 Festival de Teatro Universitario, Gabriela Núñez, egresada de la Universidad Veracruzana (UV) y actualmente adscrita a la Compañía Nacional de Teatro, ofreció la charla “Mi vida en el teatro”.
Originaria de Durango, Núñez mencionó en torno de lo que Raúl Santamaría –miembro de la Organización Teatral de la Universidad Veracruzana (Orteuv) e integrante de la parte organizadora en el festival– denominó “una carrera exquisita y muy variada”.
“El teatro me ha permitido encontrar la manera de fluir porque no nos muestra sólo una forma de hacerlo, existen muchas maneras de hacer teatro, tiene muchos lenguajes y posibilidades, y eso lo hacemos extensivo a nosotros como personas. Me siento más informada en torno de cuestionamientos confrontantes, que con frecuencia no es sencillo porque enfrentas muchas cosas que seguramente no te gustan. Hacer equipo y tratar de asimilar esos lenguajes teatrales nos acerca a la pertinencia de analizar, opinar y obtener el mayor provecho de todo al hacer equipo.”
Al preguntarle de su primer acercamiento al arte dramático, inició con un reconocimiento hacia la UV: “Es de gente honorable ser agradecido y procuro serlo hacia mi casa, que es la Universidad Veracruzana. He trabajado aquí, fui parte del elenco de la Orteuv, impartí clases en las facultades de Teatro y de Danza. Eso me hace sentir muy honrada”.
Núñez también hizo un reconocimiento a Arturo Meseguer, a quien conoció desde que eran estudiantes “jóvenes y felices, alocados e irreverentes”; en la década de 1980 cuando no había teléfonos móviles, Internet ni computadoras.
“En la preparatoria, una maestra nos encomendó llevar a escena Antígona, y aunque me gustó subir al escenario, era impensable para mí en una ciudad como Durango, en la que no había muchas opciones.”
Decidió estudiar Ingeniería Industrial, aunque también tomó todos los talleres teatrales a la mano. Alguien le comentó que en Veracruz había una buena escuela y decidió escribir a máquina una carta para solicitar orientación.
“Cuando renuncié a la ingeniería mi padre se alarmó, me envió a Estados Unidos para aprender inglés y tener a la mano el idioma como recurso laboral. Suponía que una actriz termina trabajando como fichera en las cantinas. Regresé a Durango sólo para preparar mis cosas y viajar a Xalapa, sin antecedentes ni experiencia, sin conocer a nadie. Me tocó la transición a la Unidad de Artes e iniciar con buenos maestros como Laura Moss, Elka Fediuk, Roberto Benítez; trabajábamos todo el tiempo juntos y en equipo.
”Entonces supe que el trabajo en teatro lo vas entendiendo al tiempo que lo vives, te vuelves generación y encuentras hermandad para todo; las comidas en La Sopa costaban 6.50 pesos y la vida nos indicaba que hacer teatro era a contracorriente, pero no sentíamos las adversidades. El solo placer de las experiencias en canto, música, literatura, historia del arte, danza, actuación… todo era un regalo que en nada se parecía a una carrera universitaria.”
Llegó su inclusión al Canal 4 Más, hoy RTV, al lado de Ramiro Sotelo y Sergio Victoria. En la Facultad invitaban a actores profesionales y así conoció a Abraham Oceransky, que es otra parte importante de la historia.
“Con Abraham encontré que había mucho más de lo que yo sé y creo de mí, me ayudó a seguir mi intuición. Todo lo que deseo, sueño y percibo son herramientas de creación, el músculo de la creatividad a punto. Total, me quedé 12 años trabajando con Oceransky en su legendario Estudio T de la calle Luxemburgo 35.
”Me sentía desafiada artísticamente, sabía que no debía quedarme en un primer acercamiento y que podía explorar formas nuevas. En Orteuv había conocido el funcionamiento de una compañía estable, respondí a la convocatoria para la Compañía Nacional de Teatro y me quedé en 2008, soy parte del elenco estable. En dos años salí de ella porque hay límite de permanencia.
”He tenido la fortuna de trabajar con grandes directores, con compañeros de enorme trayectoria como Mario Espinosa, Luis Valdés, Luis de Tavira, Hugo Arrevillaga, Daniel Jiménez Cacho o Alberto Lomnitz. He dejado de hacer otras cosas que también hubiese querido abordar, pero aquí he encontrado una gran satisfacción. Espero hacer teatro hasta el día que muera.”