- El historiador participó en el Coloquio Internacional en línea “Presente y futuro de la propiedad social”, desarrollado por el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales de la UV.
Claudia Peralta Vázquez..
John Tutino, investigador de la Universidad de Georgetown, impartió la conferencia “De repúblicas de indios a ejidos ¿y ahora? Tierra y comunidad, autonomías y posibilidades en la historia de México”, donde destacó la destrucción de la autonomía agraria y los límites impuestos por el poder a las familias y comunidades dedicadas a la agricultura a partir de 1950.
El historiador fue invitado a dictar esta ponencia dentro del Coloquio Internacional en línea “Presente y futuro de la propiedad social. Tenencia de la tierra en México, siglos XX y XXI”, realizado del 28 al 30 de octubre.
Este evento transmitido por Facebook fue organizado por el cuerpo académico (CA) Espacio, Tiempo y Cultura, adscrito al Instituto de Investigaciones Histórico–Sociales (IIHS) de la Universidad Veracruzana (UV), y el Laboratorio Mixto Internacional (LMI) “Movilidades, gobernanza y recursos en la cuenca mesoamericana”.
El profesor y experto en asuntos internacionales destacó que las comunidades que viven de la tierra tienen muchas historias en Mesoamérica, Nueva España y México.
Por milenios, dijo, comunidades de familias cultivaban maíz, frijol y chile para vivir, pero también para sostener a los poderosos, religiosos, a sus centros ceremoniales y urbanos.
Este rol fundamental existió desde la invención de la agricultura y hasta mediados del siglo XX cuando todo cambió debido a la explosión demográfica, la urbanización radical y la revolución verde, por ello la época contemporánea rural es totalmente nueva.
John Tutino expuso que dichos cambios revelan mucho sobre los orígenes y las posibilidades del mundo en que vivimos.
Como tesis primaria, planteó que antes de 1950 el cultivo de maíz, frijol, chile y otros productos era dominio de familias con tierras y en contextos de comunidad. “Ellos podían reproducir sus cultivos y sus vidas año tras año por sí mismos”.
Por consiguiente, tenían la posibilidad de sustentar familias y comunidades con suficiente autonomía, “también mantenían las revoluciones de México, pero al mismo tiempo las organizaciones políticas y relaciones sociales cambiaban”.
Después de ese año, las nuevas técnicas de producción, presiones demográficas, nuevos poderes y dependencias que llegaban con ellos destruyeron las autonomías familiares y de comunidad.
“Entonces, ahora, todos vivimos en dependencias locales, nacionales y globales”.
Subrayó que antes de 1950 las comunidades dedicadas a la tierra podían negociar y resistir el poder desde bases autónomas, a veces amplias, muchas veces parciales, pero siempre potenciales.
“Actualmente, ellos buscan vida en la tierra, en nuestro mundo de dependencias, la resistencia queda muy limitada y la revolución agraria tradicional parece imposible.”
Por todo lo anterior, Tutino se pronunció por reconocer los límites impuestos por el mundo de dependencias cuando lo que se busca son futuros mejores.
En su ponencia, el autor de El corazón de México, uno de sus libros más recientes, el cual pone en perspectiva la experiencia de las comunidades agrarias del centro de Nueva España y México, plasmó algunas características y cambios claves que marcaron cuatro épocas históricas.
En primer lugar, cuando las comunidades eran la base de todo, en los milenios mesoamericanos; después, cuando las repúblicas de indios sostenían a la Nueva España y su capitalismo de plata; la tercera época, fue la de las comunidades que insistían vivir a pesar de los liberales del México decimonónico; y la última, la del siglo XX, en que los ejidos inventados para pacificar a comunidades revolucionarias traían otra vida rural, todo para iluminar las transformaciones y los desafíos muy radicales que llegaban con la revolución verde.
En su intervención, Luis Fernando Granados Salinas, investigador del IIH–S, agradeció al historiador por haberse sumado a esta reflexión colectiva orientada hacia el presente y futuro, para poner en un gran contexto tanto temporal como geográfico los problemas discutidos en este foro.
Indicó que este coloquio internacional, resultado de otro anterior dedicado a fenómenos urbanos, se desarrolla en el marco de los 100 años de la publicación de la Ley de Ejidos, el 30 de diciembre de 1920, a iniciativa de Álvaro Obregón.
Sin embargo, en vez de concentrarse en el centenario de dicha ley o hablar desde la historia sobre la propiedad social, decidieron enfocarse al presente y futuro debido a que a lo largo de este tiempo han ocurrido muchas cosas como la formación de la propiedad social, uno de los fenómenos más sobresalientes del siglo XX en México.
“Es un tema importante dadas las transformaciones que se han experimentado en el país en el último cuarto de siglo, a partir de la reforma de 1992.”