- Francisco Emanuel Méndez Castro, participó el 2 de diciembre en el 14 Simposio Interno de Investigación y Docencia.
- Dictó la ponencia “Redefiniendo y cuantificando la insularidad en los hábitats fragmentados a través de la biogeografía funcional”.
- Actualmente se desempeña como Postdoctoral Researcher, en el Instituto de Botánica, de la República Checa.
Francisco Emanuel Méndez Castro, egresado del Instituto de Biotecnología y Ecología Aplicada.
Claudia Peralta Vázquez..
Francisco Emanuel Méndez Castro, egresado del Instituto de Biotecnología y Ecología Aplicada (Inbioteca) de la Universidad Veracruzana (UV), participó el pasado 2 de diciembre en el 14 Simposio Interno de Investigación y Docencia con la conferencia “Redefiniendo y cuantificando la insularidad en los hábitats fragmentados a través de la biogeografía funcional”.
En el primer día actividades del simposio, Francisco Emanuel, quien actualmente se desempeña como Postdoctoral Researcher en el Instituto de Botánica, Academia Checa de Ciencias-Trebon, de la República Checa, hizo un recuento de su labor relacionada con el estudio de algunas especies de insectos como las arañas.
Sin embargo, el egresado del Doctorado en Ciencias en Ecología y Biotecnología de la UV se refirió al tema de la plática, y dijo que la biogeografía funcional es el estudio de la distribución en los rasgos funcionales de especies de plantas a través de los niveles de urbanización.
Explicó que no sólo permite tener un conocimiento más profundo de qué especies de plantas se ven influenciadas por el aislamiento y cierto tamaño de islas, sino cómo es que ambos aspectos impactan directamente sobre sus rasgos.
Por tanto, el aislamiento causa cambios no sólo en la composición de las especies, sino también en los rasgos funcionales de los organismos sujetos a estas fuerzas.
Mencionó que la teoría de la biogeografía de islas, desde que se formuló en la década de los sesenta, ha intentado aplicar muchos sistemas que al ojo humano podrían parecer islas.
En un artículo publicado en la revista Tendencias en ciencia vegetal, publicado en enero de este año, el investigador subraya que el estudio de los sistemas insulares tiene una larga trayectoria en ecología y biogeografía; es decir, las plantas de las islas a menudo difieren notablemente de sus contrapartes no insulares y constituyen excelentes modelos para explorar los procesos ecoevolutivos.
Los enfoques basados en rasgos pueden ayudar a responder preguntas importantes en la biogeografía de las islas; sin embargo, los patrones de rasgos de las plantas en las islas siguen siendo poco estudiados, indicó.
Durante su ponencia, Francisco Emanuel dio a conocer que actualmente trabaja en un artículo que espera sea publicado a principios del siguiente año, sobre un marco conceptual o mapa que ayude a ubicar la insularidad de los sistemas que parecen islas.
En primera instancia, proponen la necesidad de identificar cuál es la fuente de las especies, lo cual es difícil distinguir en los sistemas insulares; además, ocupar una aproximación a través de preselección de islas, “de las islas más grandes o parches más grandes”.
Esas islas no sólo deben ser grandes, sino también tener más del 75 por ciento de la riqueza de especies del sistema, y de ahí probar cuáles funcionan y cuáles no.
Por otra parte, deberán realizarse análisis topográficos y de distancia para validar las hipótesis de que esas islas grandes con muchas especies son candidatos para funcionar. Asimismo, descartaron todas las especies generalistas y no tienen una relación estrecha con el área de interés.
En una segunda etapa, dijo, también se tiene que definir o hallar aquellas mediciones de aislamientos que son significativos para su sistema.
Con relación a la ecología funcional, indicó que primero debe conocerse qué es un rasgo funcional; de acuerdo con la literatura ecológica, se sabe que es una característica morfológica, fisiológica o fenológica que puede medirse al nivel de un individuo y es independiente de otros niveles de urbanización como la población o la comunidad.
Compartió que durante su estancia posdoctoral obtuvo fondos de una agencia europea y tuvo la oportunidad de hacer muestreos en Los Alpes, en el sur de Francia.
También mostró algunos estudios desarrollados en los monte
