- “Las epidemias recientes en el mundo han sido de ARN, y los coronavirus están muy distribuidos en la naturaleza”, afirmó Antonio Lazcano, investigador de la UNAM .
José Luis Couttolenc Soto.
Antonio Lazcano, científico especializado en biología evolutiva y divulgador de la ciencia, consideró que es necesario detener la propagación e infección del virus SARS-CoV-2 para evitar su mutación y que “nos tengamos que enfrentar a virus distintos”.
El profesor e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en donde fundó el curso y laboratorio “Origen de la vida”, participó en el Simposio Internacional “Pasado, presente y futuro de la investigación biomédica”, organizado como parte de los festejos del 10º aniversario del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIB) de la Universidad Veracruzana (UV) el 7 de diciembre.
Con estudios de más de 35 años del origen y la evolución temprana de la vida mediante el análisis de secuencias de genes y genomas, Lazcano ofreció la conferencia “Virus y pandemias: el caso del SARS-CoV-2”, en la que mencionó que este virus muta en los individuos infectados y las mutaciones se pueden propagar en el espacio y el tiempo, la estabilidad genética del SARS-CoV-2 es tal que el virus se propaga con mayor rapidez que con la que muta, “pero la curva de los cambios no se puede explicar a partir de la biología del SARS-CoV-2”.
El también integrante de El Colegio Nacional explicó que a lo largo de su evolución, los virus de ARN se caracterizan por tener genomas pequeños, superposición de genes, genomas fragmentados, genomas multicomponentes y secuestro de enzimas editoras, y detalló que la presencia de una exonucleasa en los coronavirus permitió una expansión enorme de su genoma; por ello, el genoma más grande implica una expresión más compleja de su contenido genético, y estos coronavirus son más estables genéticamente, lo que implica que no van a variar tanto de paciente a paciente, ni año con año, y que no se verá resistencia en tiempos cortos.
En un análisis de la relación entre la tasa de mutaciones y su influencia en la rapidez evolutiva del virus, Antonio Lazcano apuntó que debido a su estrategia replicativa, los coronavirus tienen un tiempo de evolución más lento que otros virus de ARN, dado que mutan de ocho a 10 veces más despacio, lo que permite observar en los coronavirus genomas desde 29 mil hasta 40 mil ribonucleótidos; en tanto, otros virus de ARN poseen genomas de 12 mil a 13 mil ribonucleótidos. “Entonces, la exonucleasa es una molécula central para mantener la identidad genética de virus que causan pandemias como la que estamos viviendo”.
El científico señaló que las epidemias recientes en el mundo han sido de ARN y que los coronavirus están muy distribuidos en la naturaleza; destacó que si se refleja un incremento o decremento del número de personas infectadas “no es culpa del virus, sino de gobiernos y sociedades que no hemos sabido tomar las precauciones adecuadas”.
Dijo que cuando se tenga una vacuna y se empiece a aplicar tendrá que servir para todas las variantes, por lo que no deberemos preocuparnos de las vacunas polivalentes, “la aparición de la resistencia será lenta porque la fijación de la mutación es multifactorial, no se puede predecir con detalle lo que va a ocurrir, habrá que tener una vigilancia epidemiológica para que no dé sorpresas, como ocurre con el virus de la influenza”, concluyó.