- Casi medio siglo de trayectoria en esta institución como timbalista.
- Fallecido en febrero de 2006, se le recuerda por su carisma y singular estilo.
Jorge Vázquez Pacheco..
Los testimonios de Horacio y Ernesto Martínez García, nietos de Ernesto Martínez, quien fuera percusionista de la Orquesta Sinfónica de Xalapa (OSX) de 1940 a 1996, son elementales para la remembranza en torno de una personalidad polifacética, timbalista de enorme carisma y gran significación en la historia del organismo durante la última mitad del siglo pasado.
Don Ernesto Martínez, fallecido en 2006, relataba que su apodo, “El Pingüi”, se lo endosó José Ives Limantour una vez que le invitó a formar parte de la sección de percusiones en la OSX; que su única preparación formal fueron las pocas clases a los timbales que tomó de un percusionista italiano llamado Terezio Scarpa cuando Martínez era integrante de la banda de la fábrica de hilados El Dique y del grupo de baile Son Fabriles. Después fue maraquero en varios tríos de música romántica y baterista en un grupo de baile llamado Los Hermanos Rodríguez, antes de integrarse a la OSX.
Pero existen detalles que nos hacen suponer que el característico remoquete data de varios años atrás, cuando practicó el boxeo. En un programa de diciembre de 1940 se le anunciaba precisamente como “El Pingüino”, peleador en división indeterminada aunque suponemos que batallaba en peso mosca.
Lo que sigue es la combinación de datos aportados por su viuda, doña Enriqueta Ramos, así como por su hija Cecilia y los nietos antes mencionados. Los detalles resultan un tanto confusos porque no existen fechas exactas y muchos rasgos de la vida del maestro se apoyan en fechas aproximadas, lo que no resta fidelidad al testimonio.
Nació en 1920 y los documentos a la mano indican que ingresó a la orquesta muy joven. Tuvo cinco hijos, cuatro mujeres y un varón a quien identificamos como Ernesto Martínez Ramos, actualmente integrante de la Orquesta Sinfónica Nacional de México como fagot y contrafagot, además de ser padre de Horacio –ejecutante de arpa en el grupo Tlen Huicani– y Ernesto, profesor adscrito a la SEV y también ejecutante de son jarocho.
Una vez que la UV absorbió a la OSX en 1975 y propició la creación de varios ensambles más, Pingüi Martínez se sumó como baterista al grupo de jazz THNB, antecedente directo de Orbis Tertius, al lado de Ignacio Guzmán en la flauta, José Luis Alcalá en el bajo y Guillermo Cuevas al teclado; se presentó con la OSX en el Palacio de Bellas Artes de México en diversas oportunidades y llamó poderosamente la atención por su singular estilo, mismo que le permitía la misma eficiencia en la batería (Concierto para banda de jazz y orquesta de Liebermann) y el repertorio sinfónico. De allí partió la célebre respuesta a la pregunta en torno de su notable capacidad: “No sé, yo nomás le tupo duro”.
La viuda de don Ernesto y sus descendientes indican que jamás le vieron de mal humor o enojado, fue un individuo de actividad vital marcada por un comportamiento sistemático. Jamás llegó tarde a los ensayos y nunca faltó a un concierto; aficionado a las verbenas de corte popular y la música de baile, no perdía oportunidad de asistir a los carnavales de Veracruz y con frecuencia alquilaba un autobús para trasladar a toda la familia.
Fallecido en febrero de 2006, el nombre de Ernesto Martínez y su emblemático sobrenombre son hoy la apología hacia una tradición que se nutre con personalidades legendarias en la historia de la música en Xalapa y Veracruz, como la violinista Yolanda Reyes Pale, el clarinetista Máximo Romero, Francisco Sánchez en la tuba, Carlos Valderrábano en el corno francés y otros más.