- Ronald Armando Fernández Gómez cursó el Doctorado en Neuroetología de la UV.
- Hizo una estancia de seis meses en la Universidad de Alberta, en Canadá.
Claudia Peralta Vázquez,,
Ronald Armando Fernández Gómez, egresado del Doctorado en Neuroetología de la Universidad Veracruzana (UV), realizó una investigación de ciencia básica donde exploró los efectos del aislamiento geográfico en la percepción de señales acústicas en un nivel conductual y neuronal en el Rascador Oliváceo (Arremonops rufivirgatus), una especie de ave neotropical con poblaciones distribuidas desde América del Norte hasta América Central.
“Divergencia en señales acústicas e implicaciones neuroetológicas para la comunicación vocal en gorriones neotropicales alopátricos”, es el nombre de la tesis dirigida por José Roberto Sosa-López, del Laboratorio de Bioacústica y Ecología del Comportamiento (CIIDIR) Instituto Politécnico Nacional (IPN), unidad Oaxaca.
El codirector fue Jorge Morales Mávil, investigador del Laboratorio de Biología del Comportamiento del Instituto de Neuroetología de la UV, y fue presentada a finales de septiembre del presente año.
Originario de la ciudad de Pasto, al sur de Colombia, el biólogo egresado de la Universidad de Nariño ingresó en 2014 al Instituto de Neuroetología de la UV para cursar la maestría, y ahí empezó a programar su proyecto doctoral relacionado con la ecología evolutiva y neurociencias.
Su interés por el estudio de las aves, sonidos, cantos y vocalizaciones, lo llevó a desarrollar esta investigación innovadora, pues no hay ninguna otra que aborde el tema.
Ronald Armando señaló que la comunicación en animales puede ocurrir a través una amplia modalidad de señales, siendo las visuales y las acústicas las más usadas por las aves, y son importantes para la selección de parejas potenciales y defensa de recursos.
Por tanto, las señales acústicas pueden variar geográficamente a lo largo de la distribución de las especies y estar bajo la influencia de presiones selectivas o aleatorias.
En especies con aprendizaje vocal, la divergencia de este rasgo fenotípico es complementada por transmisión cultural.
“Estas habilidades de aprendizaje vocal y reconocimiento dependen de un circuito neuronal definido que da gran variabilidad y complejidad al comportamiento vocal.”
Por tanto, los factores selectivos y aleatorios actúan en conjunto y promueven la divergencia vocal, juegan un papel importante en las interacciones en las especies, el aislamiento reproductivo y en los procesos de especiación.
El objetivo de estudiar al Rascador Oliváceo, llamado así por su coloración y hábito de rascar para alimentarse, fue para analizar si hay variaciones o dialectos en sus cantos.
Es así que el primer capítulo de la tesis buscó evaluar esa posible variación geográfica en el sistema de comunicación y vocalizaciones.
“Encontramos que hay variación; por ejemplo, las poblaciones de Yucatán tienen un acento distinto a las de Jalisco, Golfo de México y Costa Rica.”
Puesto que a nivel estadístico y de análisis este resultado les dio un sustento, el investigador quiso conocer hasta qué nivel esas diferencias afectarían el entendimiento entre los animales.
De ahí, pasó a una etapa experimental realizada en dos escenarios: conductual y neuronal.
En el primer punto, lo que hizo fue llevar cantos de aves de Jalisco a poblaciones de Yucatán y Veracruz, para ver si los entendían.
Encontró que algunas sí lograban entender los cantos, pero otras no, como las de Yucatán, pues al escucharlos por medio de bocinas, casi no respondían.
Estas respuestas pueden ser a través de cantos, o de ataque de una forma más agresiva.
La parte final era estudiar lo que ocurría en el cerebro, en la parte neuronal del ave al estimularlos con los cantos, lo cual lo hicieron con poblaciones de Veracruz.
Destacó que las aves son especies muy inteligentes, tienen la capacidad no sólo de cantar muy bonito, sino de aprender a hacerlo. Además, cuentan con un sistema parecido al de los humanos para adquirir el lenguaje, en el cual si no tienen a un tutor que les enseñe no pueden vocalizar ni desarrollar un canto apropiado.
“Ese proceso implica muchas rutas y una complejidad neuronal bastante alta.”
En este sentido, él se enfocó en unas áreas relacionadas con el sistema auditivo, asociado a problemas en la adquisición del lenguaje, similar al de los seres humanos.
“Encontré que no había diferencias en el estímulo acústico.”
Sin embargo, sí hubo una respuesta inmediata al momento de defender su territorio, resaltó.
Dio a conocer que actualmente evalúan otros aspectos del canto, morfología, patrones de coloración y genéticos.
Todo esto lo hizo con el apoyo del Instituto de Neuroetología y del CIIDIR, que es uno de los laboratorios mejor equipados para el estudio del comportamiento y la comunicación vocal en animales.
“Es la primera vez que se trabaja con esta especie algo neuronal, no se había hecho antes, hay muy pocos trabajos que evalúan algo similar a lo que traté de estudiar con aves silvestres.”
Destacó que para analizar la parte neuronal realizó una estancia de seis meses en la Universidad de Alberta, en Edmonton, Canadá, entre 2017 y 2018, específicamente en un laboratorio especializado en la Neuroetología de aves, donde realizó trabajo de campo y experimentos acústicos.
Lo anterior, con apoyo de la beca del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y de la Universidad Veracruzana, a través de la Dirección General de la Unidad de Estudios de Posgrado.
A mediano y largo plazo, dijo, este estudio proporciona información sobre la divergencia en rasgos fenotípicos que ocurren en aves con aprendizaje vocal y cómo estos cambios son percibidos conductual y neuronalmente por las poblaciones, con consecuencias para el aislamiento reproductivo y la diferenciación entre poblaciones.