- El egresado de Antropología Social presentó la tesis “Procesos de resignificación y asignación de sentido en la práctica del grafiti en Xalapa, Veracruz: de actividad transgresora a práctica socialmente aceptada” .
- La investigación fue aprobada por unanimidad con calificación de 10.
Karina de la Paz Reyes Díaz,,
Desde que iba en sexto de primaria, a Miguel Ramón Nogueda Franco le llamó mucho la atención el grafiti. Al principio como afición, pero desde entonces comenzó a conocer e interactuar con personas que practicaban la actividad; sin embargo, jamás pensó que ésta podía ser abordada mediante herramientas teóricas y metodológicas para obtener un resultado con cierta rigurosidad científica.
De ello compartió para Universo. Sistema de noticias de la UV, pues el 7 de enero, a través de una videoconferencia, defendió la tesis “Procesos de resignificación y asignación de sentido en la práctica del grafiti en Xalapa, Veracruz: de actividad transgresora a práctica socialmente aceptada”, para obtener el título de Licenciado en Antropología Social por la Facultad de Antropología.
La investigación fue aprobada por unanimidad con calificación de 10 y revisada por Diana Isabel Mejía Lozada, en calidad de directora de la tesis; Ernesto Gerardo Fernández Panes, titular de la experiencia educativa (EE) Experiencia Recepcional, así como Rómulo Eugenio Navarrete Noble, como lector.
“A pesar de que he convivido durante mucho tiempo con grafiteros de distintos lugares, no fue hasta que llegó el momento de decidir qué tema y qué rumbo tomaría mi trabajo de tesis, cuando decidí darle una orientación científica al grafiti”, compartió.
Para el trabajo de investigación tomó en cuenta los testimonios de 11 varones con edades que varían entre los 17 y los 30 años. Aunque en realidad, expuso que gracias a la puesta en práctica de elementos teóricos y herramientas etnográficas, le fue posible interactuar con muchos grafiteros. En todo momento fue necesaria la búsqueda de contactos, la interacción constante, la inserción en sus prácticas cotidianas, en reuniones, exposiciones, eventos.
“Todo esto mediante la aplicación del método etnográfico aplicado a profundidad y algunas de sus herramientas, en específico: apoyándome con el registro audiovisual y escrito, notas personales, observación participante, charlas formales e informales y la aplicación de la entrevista abierta semiestructurada y la entrevista abierta a profundidad.”
También trabajó con personas que no practican el grafiti, pero de alguna manera lo perciben como espectadores externos, quienes fueron de suma importancia en cuanto a la recopilación de datos y observación de ciertas pautas de comportamiento.
Para él, y de manera muy general, una de las aportaciones más significativas de su investigación reside en la identificación de los procesos de resignificación y asignación de sentido a los que se ha sometido el grafiti xalapeño en estos últimos años.
En cuanto a los resultados encontrados, destacó que la aportación más importante se encuentra en un mapa explicativo de las categorías que utilizó para delimitar su campo de análisis y para hacer una aproximación que permite explicar –con un mapa mental– cómo se generan y agrupan ciertos factores que se toman en cuenta para la realización y posterior lectura de un grafiti.
Este esquema de clasificación de factores fue posible de desarrollar e interpretar gracias a la realización de un análisis a profundidad, así como a la búsqueda y descarte de algunos términos y conceptos que forman parte del lenguaje de los grafiteros.
Uno de los aspectos de su trabajo, destacado por el profesorado, es que involucró la antropología social con la lingüística y la historia.
En ese contexto, explicó que el grafiti como una representación gráfica posee ciertos rasgos; es decir, un “signo” como palabra o conjunto de palabras que expresan un significado, un “significante” como el conjunto de grafías, en este caso, y un “significado” como la idea o el concepto asociado en la mente.
“Este tipo de abstracciones están asociadas con el proceso comunicacional, toda representación gráfica está compuesta por una serie de elementos que le dan lugar a la posesión de significados, aquí es donde la lingüística toma sentido. Este tipo de expresiones textuales cuentan con una narrativa de signos que producen sentido, cuentan con una tipografía y una morfología propias y pueden ser leídas, traducidas e interpretadas como un texto, como expresiones gráfico-visuales.”
En cuanto al contexto histórico, para Miguel Ramón fue necesario su abordaje a profundidad, debido a que el grafiti cuenta con ciertas peculiaridades históricas que se fueron gestando gradualmente, mediante la difusión y popularización de la práctica.
“Saber de dónde partir no fue sencillo, si bien nos podemos remontar a periodos que comprenden desde el origen del hombre y la aparición de los primeros tintes y pigmentos; a la creación de la primera pintura en aerosol en 1949; a los finales de la década de los sesenta con los movimientos estudiantiles, o como parte elemental del movimiento cultural urbano llamado hip-hop.”
Finalmente, tomó a la antropología social como base fundamental para hacer énfasis y lograr insertarse en las formas de organización y la estructura social del grupo con el que trabajó, con una perspectiva teórica y metodológica totalmente orientadas a analizar el contexto histórico y social del grafiti.
En su opinión, la tesis cumple con los parámetros propuestos, pero definitivamente es un tema que puede seguir en desarrollo. “Es un tema en el que quiero seguir profundizando a futuro”.