Lugar:
Fuente:
Universidad Veracruzana

 

  • Es parte de las acciones de vinculación con el sector productivo que mantienen académicos de la FCQ-UV .
  • Antes de la pandemia realizaron trabajo de campo en una empacadora de cítricos, ubicada en el municipio de Emiliano Zapata. 
  • Determinaron impactos relacionados con el consumo de agua, energía y emisiones de gases de efecto invernadero. 

 

Estudiantes de Ingeniería Ambiental participaron en proyecto para determinar impacto de producción y procesamiento de limón persa.

 

 

Claudia Peralta Vázquez.. 

 Estudiantes del programa educativo (PE) Ingeniería Ambiental, adscrito a la Facultad de Ciencias Químicas (FCQ) de la Universidad Veracruzana (UV), participaron en un proyecto que tuvo el propósito de determinar los impactos ambientales generados por la producción y procesamiento de limón persa. 

Este estudio forma parte de las acciones de vinculación con el sector productivo y empresarial que académicos de esta entidad han realizado con cierta periodicidad desde hace varios años, sobre todo en el sector agroindustrial del estado. 

El grupo de trabajo que lideró el proyecto está conformado por: Mario Rafael Giraldi Díaz, Lorena de Medina Salas y Eduardo Castillo González, académicos de la FCQ. 

También intervinieron: Jazive Hernández Enríquez, Héctor Daniel Huerta Silva, José Rafael Jiménez Ochoa y Yessica Lourdes Vallejo Rivera, alumnos de semestres avanzados de dicho PE. 

El análisis y trabajo de campo se desarrolló en una empacadora de cítricos, ubicada en el municipio de Emiliano Zapata, donde los estudiantes universitarios tuvieron la oportunidad de interactuar e involucrarse con este rubro industrial. 

“Se ha seguido con esta línea de trabajo en el sentido de estudiar los impactos asociados a dichos sectores productivos, para analizar cuáles son sus puntos críticos en cuanto a la parte ambiental”, expresó Mario Rafael Giraldi. 

Expuso que la entidad veracruzana destaca a nivel nacional dentro del ramo agroindustrial por la gran producción agrícola y citrícola, la cual se ve favorecida por las condiciones climatológicas características de la región. 

De esta manera, la FCQ contribuye con estos sectores, orientándolos hacia la optimización de sus etapas productivas, eficiencia y reducción de los impactos ambientales. 

Con base en los objetivos planteados, se hizo un diagnóstico y trabajo de campo donde se involucró a los estudiantes de la Licenciatura en Ingeniería Ambiental, quienes mediante cuestionarios y encuestas se acercaron a la industria de la producción de limón, tanto en la parte agrícola como de procesamiento y empacado. 

Giraldi Díaz comentó que, afortunadamente, esta labor inició a finales de 2019 y principios de 2020, unos meses antes del impacto de la contingencia sanitaria por el SARS-CoV-2. 

La siguiente etapa consistió en un trabajo de gabinete; es decir, con toda la información recolectada se hicieron cuantificaciones técnicas relacionadas con la ingeniería ambiental. 

 

José Rafael Jiménez Ochoa, alumno de esta carrera, durante el trabajo de campo, en el municipio de Emiliano Zapata

 

“Se determinaron flujos, cómo se llevan a cabo los procesos, insumos requeridos, energía y consumo hídricos.” 

A partir de esas cuantificaciones se realizó el montaje de lo que se conoce como análisis de ciclo de vida, herramienta empleada para la determinación de impactos ambientales. 

Asimismo, utilizaron el software especializado Simapro, adquirido a través de los propios financiamientos de la UV, para la obtención de tres indicadores: huellas de carbono, hídrica y energética. 

La primera, básicamente es un parámetro que mide la generación de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), para determinar qué etapas de producción lo generan y así emprender un proceso de mitigación o minimización. 

Con relación a la huella hídrica, aseguró que los sectores agrícolas requieren de un gran consumo de agua, ya sea de riego o temporal. Por ello, es un aspecto importante para evaluar ese indicador. 

Otro parámetro importante es el energético, con la finalidad de conocer qué etapas consumen más energía y qué tipos de combustibles emplean. 

El profesor expresó que los resultados revelaron datos similares a los de otros estudios desarrollados a nivel internacional, donde la parte agrícola es la que más agua y energía consume, puesto que ahí se aplican los fertilizantes y se concentra el uso de maquinaria. 

También, se estableció que, por los equipos eléctricos con los que cuenta, la empacadora consume una gran cantidad de energía, así como de agua, por la limpieza para mantener los procesos de calidad. 

Por tanto, en las primeras reuniones virtuales hechas con representantes de la empresa, se les informó de los impactos ambientales asociados a los aspectos antes citados. 

“Detectamos que hay partes donde se lleva a cabo el armado de cajas, fletes y empaquetamiento del limón, donde también se consumen muchas materias primas y energía.” 

En este sentido, las autoridades de esa compañía han mostrado interés por analizar las etapas productivas y mejorar su eficiencia con tal de reducir los impactos ambientales, sobre todo porque desean incursionar en mercados internacionales, mismos que son más exigentes en cuanto a esos estándares. 

“Si son más eficientes en el consumo de energía, agua y generación de menos residuos, también reducirán costos.” 

En el caso de los estudiantes de Ingeniería Ambiental, resaltó la alternativa que la FCQ les brinda de realizar trabajo de campo para que aprecien la realidad. 

“Es importante que observen cómo se maneja una empresa, las etapas de la industria, los vimos muy motivados porque les gusta el trabajo de campo.” 

 

Mario Rafael Giraldi Díaz, Lorena de Medina Salas y Eduardo Castillo González, académicos de la FCQ