- Natalio Hernández y Arturo Gómez, Medallas al Mérito UV, coincidieron en la importancia de recuperar el pensamiento mesoamericano con fuentes de la tradición oral y documentales..
“Este es el momento histórico para que las nuevas generaciones dejen de sentir vergüenza por nuestra cultura ancestral, nuestra lengua y nuestras historias. Es más lo que desconocen nuestros jóvenes que lo que saben de nuestras culturas” .
Karina de la Paz Zúñiga.
El último día de actividades del Foro Académico “Saberes ancestrales. Realidades virtuales”, en el marco de la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) Virtual 2021 de la Universidad Veracruzana (UV), inició con un conversatorio en el que participaron Natalio Hernández y Arturo Gómez Martínez, ambos Medallas al Mérito de la institución, quienes pidieron cuidar, recuperar y valorar el pensamiento mesoamericano.
La participación de ambas personalidades fue el 12 de marzo, moderada por el coordinador de la FILU Virtual 2021, Germán Martínez Aceves, y con transmisión por el Facebook de ésta, donde puede verse a detalle.
“Después de la pandemia, en este ‘quiebre epistemológico’, como le ha llamado la Rectora de la UV, el pensamiento indígena y nuestros conocimientos ancestrales deben permear todo el sistema educativo, desde el preescolar hasta la universidad. Es el momento histórico para dejar de ver a los pueblos indígenas como un pasado remoto, sin sentido, sin significado para nuestro proyecto de nación multicultural y plurilingüe del siglo XXI”, enfatizó Natalio Hernández.
El también presidente fundador de la Asociación de Escritores de Lenguas Indígenas, planteó como una necesidad el dejar de ver a los pueblos originarios como ignorantes, marginados y pobres; por el contrario, “son una riqueza cultural” que se aprecia en las tradiciones como los Xochikalli de la Huasteca, desde donde se reproduce la tradición oral antigua y ello debe abrevarse con las fuentes documentales.
“Este es el momento histórico para que las nuevas generaciones dejen de sentir vergüenza por nuestra cultura ancestral, nuestra lengua y nuestras historias. Es más lo que desconocen nuestros jóvenes que lo que saben de nuestras culturas”, insistió.
Para él, el día que la juventud universitaria del país pueda abrevarse en estas fuentes documentales, orales y tradicionales, “el panorama de México va a cambiar”.
Precisamente, en su presentación habló tanto de las fuentes documentales como de las orales y tradicionales, y alertó que el manantial de los conocimientos ancestrales mesoamericanos “se está secando” y que se mantiene en la tradición oral por medio de la familia y la comunidad. Mientras que el pensamiento europeo, desde 1521 a la fecha, “se impone mediante la educación”.
A propósito del papel protagónico que ha tenido China en esta edición de la FILU, el también poeta y nahuahablante originario de la Huasteca veracruzana, subrayó que los conocimientos y el pensamiento ancestrales de aquella nación que no fue conquistada se mantienen vigentes y sólo se renueva cada etapa histórica.
“Tenemos que recuperar nuestro pensamiento milenario, como la cultura china”, dijo.
En su oportunidad, Arturo Gómez hizo énfasis en la ideología: “A los pueblos indígenas siempre se nos adjudica el tema de la creencia; que somos creyentes y por lo tanto nuestro cocimiento se basa en la cosmovisión, en vez de la ciencia. Tienen razón, pero ése es sólo el principio ideológico, el conocimiento científico de las comunidades radica también en los ensayos, en la experiencia del error, de ahí se van sacando muchas cosas en beneficio de los pueblos”.
Remarcó que no es posible decir que los cocimientos indígenas son empíricos y para muestra citó algunos: la agricultura, que implicó la domesticación del maíz y otras plantas; la pigmentación del algodón; el sistema clasificatorio de las plantas; los idiomas, cuyas estructuras gramaticales son complejas. Todo ello “implica un conocimiento profundo de estas culturas”.
Más adelante, el también Subdirector de Etnografía en el Museo Nacional de Antropología remarcó que la propia cultura nahua de la Huasteca no es una radicalización de los conocimientos propios, en el sentido ancestral, pues ha acumulado conocimientos de otras culturas de su entorno: del centro y norte de México, y de sus vecinos de la antigua cultura tének.
“Valorar implica conocer a las culturas indígenas para no establecer estos principios de discriminación y segregación”, dijo; “los jóvenes que nos escuchan tienen que hacer brillar sus conocimientos y su cultura, en el sentido universal, no en el ámbito de la segregación, no debemos etnizar las cosas, sino saber pendular entre el mundo moderno y la tradición. No pierdo mi identidad si hago ciencia propiamente, uno tiene que saber pendular.”
Para él, uno de los grandes problemas de los pueblos originarios es el conflicto generacional y desprecio a este cocimiento ancestral, particularmente por quienes lo atesoran: “la gente grande”, cuya consecuencia es borrar la memoria construida a lo largo de los años.
“Los invito a que aprendan a autoconocerse, a valorar su cultura y equiparar todos los conocimientos universales”, fue parte de su planteamiento.