- Juan Villoro explicó que al escribirla el autor colombiano atravesaba una crisis económica en la ciudad de París.
Carlos Hugo Hermida Rosales..
El escritor Juan Villoro mencionó que la novela El coronel no tiene quien le escriba de Gabriel García Márquez refleja una coincidencia entre lo que el colombiano vivía al momento de escribirla y lo que ocurre en ella, ya que tanto su protagonista como el autor estaban a la espera de unas cartas salvadoras.
“García Márquez escribió esta obra durante un periodo de su estancia en París en la que experimentó una gran precariedad económica”, compartió.
El escritor impartió el 10 de marzo la sexta sesión del curso “Gabriel García Márquez: de la crónica a la ficción”, organizado por la Universidad Veracruzana (UV), la Universidad Autónoma de Nuevo León y la Fundación para las Letras Mexicanas, con apoyo de la Fundación “Gabo”.
En esta sesión del curso, los organizadores felicitaron a Edgar Alejandro García Valencia, director de la Editorial UV, por ser acreedor al reconocimiento Mérito Editorial UANL, que le será entregado el miércoles 17 de marzo en el marco de la Feria Universitaria del Libro UANLeer 2021, en una ceremonia que será transmitida a través de la página Casa Universitaria del Libro UANL.
Juan Villoro aseguró que el que la novela El coronel no tiene quien le escriba tenga una peculiar intensidad, es debido a que García Márquez atravesaba una etapa similar en ese periodo de su vida.
Relató que aunque el escritor colombiano había llegado a París como reportero estrella, los diarios para los que trabajaba dejaron de enviarle dinero, lo que significó un fuerte golpe económico para él; destacó que incluso su máquina de escribir se encontraba en malas condiciones, después de redactar tantos reportajes con ella.
“Es en estos años que García Márquez se enfrentó al dilema de escribir o morir, ya que no sabía qué hacer para sobrevivir en París”, enfatizó.
Mencionó que un momento cumbre en la vida del escritor fue un fugaz encuentro con Ernest Hemingway –literato estadounidense autor de El viejo y el mar–, quien le alcanzó a gritar “amigo” a la distancia.
Aseguró que este saludo estimuló a García Márquez de gran manera y que le brindó una energía que sustituyó al combustible del que carecía para alimentar el sistema de calefacción del humilde cuarto que habitaba.
Juan Villoro declaró que durante su estancia en Europa, el escritor colombiano se sintió más latinoamericano que nunca, ya que puso más atención a los sucesos de su país natal, lo que le hizo ganar una perspectiva distinta.
Comentó que en el viejo continente, García Márquez conoció a ciudadanos provenientes de México, Perú y Argentina, entre otros países, y que con ellos encontró una comunidad de afectos y valores que no halló en los circuitos europeos.
“Gracias a ello entendió que su condición colombiana siempre trascendería la localidad de su país”, enunció.