- El especialista de la Universidad de Salamanca participó en el Webinar “Estrategias para la educación inclusiva”, el jueves 25 de marzo.
- “Es en los entornos comunitarios participativos donde la persona mejor se realiza y encuentra satisfacción personal”: María José García Oramas.
Claudia Peralta Vázquez..
Miguel Ángel Verdugo Alonso, catedrático de Psicología de la Discapacidad en la Facultad de Psicología de la Universidad de Salamanca, en España, aseguró que en la actualidad la educación inclusiva exige un cambio cultural, al participar en un webinar organizado por la Universidad Veracruzana (UV) el jueves 25 de marzo.
El especialista disertó sobre las “Estrategias para la educación inclusiva” y plasmó las condiciones y adversidades que enfrentan las personas con discapacidad en este contexto.
En la transmisión en vivo por Facebook y Zoom, Miguel Ángel Verdugo, con más de 40 años de trabajar y estudiar el tema, y ser formador de nuevos profesionistas, destacó que hoy en día la situación es distinta a la de ese entonces, sin embargo, aún hay muchos retos por desafiar.
En su impresión, desafortunadamente hay aspectos que ya deberían estar claros y es todo lo contrario, quizá por el costo que implican los procesos inclusivos, la resistencia de los profesores, la falta de gestión apropiada de los censos, o la falta de recursos.
Dichos planos son a veces limitaciones o barreras para que la inclusión sea posible en las aulas; no obstante, tanto en España como en México y América Latina se ha avanzado mucho.
Por tanto, planteó que los cambios culturales suponen transformación de creencias, de los conceptos, comprensiones de las personas y del mundo hacia la igualdad de derechos de las personas con discapacidad.
Dentro de la inclusión, estos cambios se generan a partir de la consciencia progresiva de los profesionales de la educación, formadores, de los responsables de los gobiernos y de los gestores de las organizaciones o centros educativos.
“Es decir, varios planos del sistema deben estar activados en esa acción orientada por valores.”
La responsabilidad de una inclusión no sólo es de los profesores, también de los directores y coordinadores de centros, colaboración familiar y demás ámbitos, subrayó.
En tanto, recomendó tomar en cuenta la dignidad de cada miembro de dicho sector, respetar su opinión, participación, darle oportunidad de tener su papel en el mundo con la misma singularidad de cualquier persona.
En su exposición, presenciada por María José García Oramas, titular del Centro para el Desarrollo Humano e Integral de los Universitarios (Cendhiu), y María Esther Barradas Alarcón, coordinadora de inclusión del Programa de Salud Integral (PSI) región Veracruz, el ponente expresó que las personas al frente de la atención de estudiantes con alguna limitación tienen en común una sensibilidad hacia la población vulnerable y un compromiso social, lo cual exige más esfuerzo de preparación personal.
Esa es la parte más positiva de dedicarse al mundo de las personas con discapacidad, que es uno de los grupos preferentes dentro de la inclusión educativa, sobre todo cuando la limitación es de tipo cognitivo o afecta el desarrollo de manera significativa.
Precisamente, la sensibilidad es el tema que debe promoverse en cualquier persona que empieza a trabajar en el ámbito de inclusión, así como en escuelas cuyas poblaciones requieren ayuda, ya sea por dificultades étnicas o de aprendizaje.
La inclusión, dijo, también, es una cuestión de derecho, ya que el trabajo se enfoca desde los derechos de los alumnos a participar en los mismos ambientes que el resto de las personas.
“Tener los mismos derechos significa que hay que dar más oportunidades para que tengan las mismas posibilidades de ejercer sus derechos a elegir, decidir, a establecer metas personales y un proyecto vital.”
Agregó que es en los entornos comunitarios participativos donde la persona mejor se realiza y encuentra satisfacción personal.
“Se nota como una sociedad avanza en la medida en que abre las puertas a entornos comunitarios que acepta a todas las personas, independientemente de que tengan parálisis cerebral, síndrome de Down, discapacidad intelectual, física o sensorial, indígenas con problemas de desestructuración familiar.”
Miguel Ángel Verdugo mencionó que la escuela entre más inclusiva sea es mejor, pero para lograrlo lleva su tiempo. Además, siempre debe planificarse el futuro y no así la rehabilitación como históricamente se ha hecho; es decir, considerar las siguientes preguntas: dónde quieres ir, qué quieres hacer, qué opciones tienes, cómo te puedes preparar, cómo te puedo ayudar, qué papel puedes desempeñar.
Lo anterior representa el plan de futuro y es muy importante a partir del nivel de secundaria porque durante la primaria y preescolar se intenta que los estudiantes con discapacidad evolucionen en cuanto a aprendizajes, habilidades, dificultades, se adapten al medio y se involucre a la familia en aspectos de la vida social.
También, se refirió al apoyo individual que debe otorgarse al alumno con más dificultades, lo cual implica tener más claros los objetivos y un plan de apoyo más detallado, incorporar a la familia, distintos profesionales, y a la sociedad en la medida que sea factible.
En este Webinar se contó con el apoyo de Aleisha Collins, en la traducción simultánea a Lengua de Señas Mexicana (LSM).