Carlos Hugo Hermida Rosales..
Mario Artemio Morales Vázquez, arquitecto restaurador, declaró que los monumentos históricos no sólo encierran un valor lúdico y estético, ya que poseen una importancia grande al ser guardianes de la memoria de un país.
“Es fundamental que los estudiantes de Arquitectura comprendan el valor de estos monumentos, así como la importancia de restaurarlos para su correcta preservación”, mencionó.
Artemio Morales impartió el 19 de abril la conferencia virtual “La práctica de la restauración”, que fue organizada por el cuerpo académico (CA) Entornos Sustentables de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Veracruzana (UV).
Explicó que la restauración de un monumento histórico es una actividad que no se puede realizar con las mismas medidas que se tomarían al hacerlo con un edificio contemporáneo, ya que cada uno de ellos posee características propias.
Enfatizó que debido al tipo de material con el que fueron construidos, los monumentos históricos requieren de elementos y acciones específicas para ser restaurados de una forma adecuada que no dañe su estructura ni les haga perder sus propiedades.
El arquitecto relató su experiencia al restaurar el exconvento de “San José de Gracia”, edificio neoclásico ubicado en el centro de la ciudad de Orizaba que fue construido por la orden franciscana en el siglo XVIII.
Mencionó que por el material con el que fue edificado se tuvo que diseñar un sistema para la fabricación de mortero integrado por cal apagada, arena de río y mucílago de nopal, compuesto que fue utilizado para sellar las innumerables grietas y fisuras de la construcción.
Detalló que otro aspecto importante a tomar en cuenta fue diseñar una adecuada instalación eléctrica que alimentara un sistema de iluminación que diera realce a la majestuosidad de los elementos constructivos.
“Con el juego de luces que se instaló se lograron resaltar diversos aspectos del edificio como las cornisas y los arcos, lo que le otorga una sensación muy distinta con respecto a su imagen antes de ser restaurado”, aseguró.
Artemio Morales manifestó que la restauración de este monumento histórico fue posible gracias a un gran trabajo colectivo, y a una adecuada comunicación entre todas las personas que colaboraron en el proyecto.
“Esta restauración no fue producto de una sola persona, ya que en ella fue fundamental la colaboración tanto del cliente como de los arquitectos que la planearon y los albañiles que apoyaron en las labores diarias”, enfatizó.