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E-Consulta Veracruz

Tras quedarse sin su empleo como albañil, Ulisses decidió dedicarse a realizar shows de magia en las calles y transportes públicos

“¡Buenas tardes! Espero no molestar y disfruten de este pequeño show de magia”, dice Ulises mientras saca de su bolsillo un pañuelo rojo para atraer la mirada de la gente; de pronto, detrás de ese objeto aparece una paloma blanca que aletea entre sus manos. Las personas se asombran ante el chico de saco negro y camisa blanca que porta un micrófono pegado a la mejilla.

Ulisses Bautista Hernández no realiza su espectáculo en un teatro, sino a bordo de un autobús de la ruta Geo-Herradura, del puerto de Veracruz. Su público son las personas que se trasladan a su empleo o a su casa. El joven de 28 años, hace cuatro convirtió su hobby por la magia en un trabajo de tiempo completo con el que gana propinas.

Comenzó a realizar shows de magia en plazas, parques y transportes públicos en el año 2018 en el municipio de Altotonga, ubicado en la zona centro montañosa del estado, a dos horas y 26 minutos de la ciudad de Veracruz. Aunque no recuerda la fecha exacta, tiene presente que la falta de empleo y la necesidad de ganar dinero para mantener a su familia, fue el impulso que necesitaba para vencer el miedo al público y la pena.

 

“Antes trabajaba en la construcción, en la Ciudad de México, pero me quedé sin trabajo y me regresé con mi pareja a Altotonga y entonces decidí salir a trabajar con algunos trucos de magia, intenté meterme a una maquila a trabajar, pero no me gustó, trabajé como una semana, ahí fue cuando decidí salir a las calles”, cuenta Ulisses.

Es originario del estado de Hidalgo, pero vivió seis años en la Ciudad de México, en esa ciudad conoció a su actual esposa y tuvo a su primera hija, también le nació la espinita de practicar la magia. Cuenta que todo comenzó mientras paseaba un domingo por las calles de ese lugar y al toparse con el espectáculo de un mago se quedó asombrado por los trucos que hacía, por lo que investigó cómo podría aprender.

El joven, de tez morena y trato amable, señala que en sus tiempos libres veía vídeos en YouTube para aprender trucos de magia, a veces tardaba hasta tres horas analizándolos y después los ponía en práctica; primero en el espejo, después se grababa para ver dónde se equivocaba.

Fueron sus familiares y sus compañeros de trabajo los primeros en presenciar su show, ellos lo incitaban a que acudiera al metro o saliera a las calles para que la demás gente lo viera, pero en ese entonces Ulisses no estaba convencido de que era una buena idea.

“Probablemente, me daba miedo empezar, porque no conocía a la gente, yo sé que en la Ciudad de México te pones a trabajar y pues los que ya están ahí trabajando desde hace mucho tiempo están muy unidos y si llega uno nuevo lo sacan, entonces yo tenía esa idea de que si iba me sacarían o golpearían, además no tenía muchos trucos, no me sentía liso”.

Poco a poco mejoró su técnica, aunque tenía ganas de ir a talleres y cursos de magia, nunca pudo por la falta de dinero, así que su única escuela fue esas tres horas de ver vídeos. Tras quedarse sin su empleo como albañil, él y su esposa decidieron que lo mejor era irse a vivir al municipio de Altotonga de donde es originaria su pareja, durante las tres semanas que estuvo sin empleo sobrevivió del ahorro que tenía guardado.

 

“No estuve mucho tiempo sin hacer nada, solo como tres semanas estuve sin empleo, pero busqué la forma de salir, pues en ese entonces mi hija era pequeña, era una bebé y tenía que buscar la forma de llevar dinero a la casa”, cuenta.

En un inició su esposa no se encontraba de acuerdo con su trabajo, en especial por el tiempo en el que tiene que irse de su hogar, la temporada más larga que estuvo fuera de su casa fue de cuatro meses, pero la nostalgia de no ver a su familia lo hizo regresar y tomar la decisión de ya no ausentarse por un periodo largo.

“Hay temporadas en las que mi esposa y mi hija vienen conmigo, se quedan una o dos semanas aquí en el puerto y ya es menos el tiempo que paso sin verlas, cuando están conmigo salimos a pasear, al mar para que la bebé lo conociera”, expresa con una sonrisa en el rostro.

En el año en que Ulisses se quedó desempleado, la tasa de desocupación laboral creció 3.6 por ciento en el país, mientras que, hasta octubre de este año, esta cifra estuvo en 3.2 por ciento, según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Los últimos datos de la ENOE indican que la Población No Económicamente Activa (PNEA) fue de 39.1 millones de personas, 921 mil menos que en octubre de 2021.

Durante el 2022, México recuperó casi un millón de empleos formales después de las pérdidas que tuvo durante la pandemia de la covid–19, de acuerdo con datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), mientras que en Veracruz la cifra es menos alentadora, asegura el catedrático de la Universidad Veracruzana y vicepresidente del Colegio de Economistas del Estado de Veracruz, Jorge Antonio Acosta Cázares.

“Lo preocupante es que el estado de Veracruz es la entidad federativa que menos ha crecido en cuanto al empleo con respecto a lo que tenía antes de la pandemia, más o menos se tiene que en lo que va de este año se han recuperado alrededor de 7 mil nuevos empleos en Veracruz y esto ha sido en el sector turismo”, dijo el especialista.

 

Para septiembre del 2022 la Secretaría de Trabajo, Previsión Social y Productividad (STPSP) indicó en un boletín, que al estado le faltó recuperar 26 mil 360 espacios laborales para llegar a la cifra de 765 mil 330 empleos que existían al inicio de la emergencia sanitaria, que fue en marzo del 2020.

Esto representa un gran problema para el estado, pues demuestra que las políticas para la recuperación de empleos que maneja el gobierno, no funcionan; no obstante, las nuevas inversiones que se esperan para el 2023 pueden cambiar el panorama, agrega el especialista.

Guardar el equilibrio y soportar insultos

El espectáculo de Ulisses dura cinco minutos, en ese tiempo debe realizar cuatro trucos de magia, pero además conservar el equilibrio, pues con las paradas bruscas que hace el conductor corre el riesgo de caer y lastimarse, algo que no puede ocurrir, ya que no cuenta con un seguro médico que cubra sus gastos si se llega a lesionar.

Al quedarse sin su empleo formal no solo se quedó sin su única fuente de ingresos, también lo llevó a perder otros beneficios como el seguro social, los créditos para adquirir una vivienda y el ahorro para su retiro; sin embargo, Ulisses enfatiza que en este nuevo trabajo gana casi la misma cantidad que cuando trabajaba en la construcción y hace lo que en verdad le gusta.

Trabaja en promedio ocho horas, al día gana entre 500 y 300 pesos, este oficio le permitió conocer distintos municipios del estado y otras entidades como Jalisco Nuevo León, donde aborda los camiones y se instala en las plazas para que la gente lo vea, en algunas ocasiones las personas se detienen a pedirle su contacto para contratación de eventos particulares.

Pero no todo es color de rosa, afirma Ulisses, pues hay personas que menosprecian su trabajo en el transporte público e, incluso, llegaron a insultarlos con frases como “ponte a trabajar de verdad”, “De seguro ni un bulto de cemento puedes cargar, flojo” “es que tú trabajas en las calles, debes de cobrar menos”, son algunas cosas que le decían.

“Cuando te subes a un camión no sabes cuál es el estado de ánimo de las personas, hay algunas que van felices, otras molestas y se desquitan contigo. Una vez una señora que iba en un urbano de aquí, del puerto, me comenzó a insultar, solo porque se le dio la gana, por respeto no le contesté, pero ellos piensan que porque andas arriba de los carros tienen derecho a insultarte, pero no, tú haces un trabajo que te costó tiempo y esfuerzo aprender, pero ellos no lo ven así”.

Pese a eso, Ulisses asegura que el puerto de Veracruz es uno de los lugares donde más le gusta estar, su estadía en la ciudad es variada, hay veces que viene una semana o puede quedarse hasta un mes, pero siempre prefiere cambiar de municipio, para que así su público no se canse de su show.

Antes rentaba un hotel cerca de la central de autobuses, pero conforme pasó el tiempo y se hizo de amigos le ofrecieron un lugar donde quedarse, dice que los artistas callejeros por lo regular en el puerto son muy unidos, es por eso que prefiere quedarse más tiempo en esta ciudad.

Ulisses regresará a Altotonga y aunque no sabe cuál es el siguiente municipio que visitará, está seguro que tendrá un nuevo escenario donde conquistar a más personas con su talento.

“Si me gusta, lo tengo que hacer, no importa el miedo, no importa nada, lo vamos a hacer”, concluye.

ch