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Notimex

Si bien las campañas electorales en México se han centrado en el crimen y la corrupción, el principal tema son las reformas estructurales que impulsó la actual administración de Enrique Peña Nieto, como la educativa, que el candidato presidencial de la coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador ha insistido en cancelar.

De acuerdo con The Economist, el aspirante presidencial ha jurado que «la llamada Reforma Educativa será cancelada».

También exigió justicia para los «presos políticos», como se llaman a sí mismos los sindicalistas encarcelados por corrupción.

López Obrador sostiene que la reforma es una puerta de acceso a la privatización de las escuelas, y que los estados pobres como Oaxaca no deberían ser sujetos a los estándares nacionales.

La publicación inglesa refiere que la mejor causa de esperanza para quienes apoyan la reforma educativa es la división entre los sindicatos de maestros.

El SNTE, el más grande de los dos, ha puesto su suerte con las nuevas políticas, y puede ser poco para cambiar el rumbo, señala The Economist en el artículo titulado «la crucial reforma educativa de México corre el riesgo de ser desenrollada».

Refiere que el mejor escenario para quienes apoyan la ley es que López Obrador solo promete una derogación para apuntalar los votos, y se limitará a jugar con la reforma una vez en el cargo.

Aunque, eso, señala, desataría una nueva ola de furia de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

Pero también podría dar a la ley tiempo suficiente para trabajar y volverse políticamente sacrosanto en las elecciones presidenciales de 2024.

The Economist subrayó que el último debate presidencial, a celebrarse en Mérida, el 12 de junio, se centrará en la educación.

“Andrés Manuel López Obrador, un populista de izquierda que es el gran favorito para ganar, seguramente reiterará su deseo expresado de eliminar la ley”, apuntó.

La publicación resaltó en ese sentido que, según los estándares mundiales, el sistema educativo del país tiene un desempeño deficiente.

Durante décadas, el SNTE utilizó su influencia para preservar este sistema. Sus 1.5 millones de miembros tendían a votar al unísono y persuadían a los padres a hacer lo mismo, apunto.

Además, dijo, las reformas también se han visto obstaculizadas por una oposición feroz, ya que los miembros de la CNTE están boicoteando sus evaluaciones y negándose a administrar exámenes a sus estudiantes, algunas veces bajo amenaza de amenazantes matones sindicales.