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EFE

El Teatro-Museo Dalí de Figueres (noreste) acoge “De sueños, paseos nocturnos y vivencias”, una exposición que explora la etapa de estudiante del artista en la vanguardista Madrid de la década de los veinte, que vivió junto a Federico García Lorca o Luis Buñuel.

La muestra incluye, hasta el próximo 16 de octubre, un total de 23 obras firmadas por Salvador Dalí entre 1920 y 1923, cuando tenía entre 16 y 19 años, y se traslada a Madrid para estudiar bellas artes.

En la capital española, Dalí visita a menudo el Museo del Prado, donde admira las obras de Velázquez, Goya y el Bosco, y se instala en la Residencia de Estudiantes, epicentro intelectual de la vanguardia española.

Según relata Montse Aguer, directora de los museos de la Fundación Gala-Dalí, cuando el artista llegó a su nueva residencia era un “personaje extravagante pero tímido y un poco aislado”, pero poco a poco “se vuelve cosmopolita” y se integra en el grupo formado por Luis Buñuel, Federico García Lorca, Maruja Mallo o Rafael Barradas, entre otros.

Dalí empieza a frecuentar con ellos los cafés, bares y tabernas de moda de Madrid, y cambia de aspecto y de costumbres, se transforma en “un dandy” como los demás integrantes de la Generación del 27.

“Salían juntos y veían a borrachos, a músicos callejeros y la prostitución. Todo este ambiente de Madrid lo retrata con tonos poéticos y un poco melancólicos”, explica Aguer.

La exposición refleja cómo el pintor plasma aquellos periplos con cinco dibujos y 18 aguadas: “Son interesantes porque tienen un punto de jazz y cinematográfico relacionado con un cambio de estilo en Dalí. En este momento se está aproximando hacia el cubismo y el futurismo”, indica la directora del centro museístico.

En esta exposición, según Montse Aguer, se puede ver a un “Dalí joven diferente al que se pudo ver en Barcelona, Londres o Nueva York”.

La exposición se completa con una serie de autorretratos realizados entre 1920 y 1923, donde se observa cómo Salvador Dalí va cambiando su apariencia hacia un aspecto más bohemio, con pelo largo y patillas.

La estancia de Dalí en Madrid se ve truncada por varios acontecimientos, hasta que es expulsado definitivamente de la Academia en 1926 por declarar incompetente al tribunal examinador que evalúa sus conocimientos teóricos en Bellas Artes y el pintor vuelve a su localidad natal, Figueres (costa suroeste).