Veracruz es considerado el corredor de aves migratorias más importante del mundo y el que concentra la mayor cantidad de especies; esto, gracias a las grandes extensiones planas de territorio con temperaturas altas, donde se generan corrientes termales ascendentes, fundamentales para el vuelo planeado de ejemplares rapaces.
Durante el otoño, entre el 20 agosto y el 20 de noviembre, alrededor de cinco millones de aves de más de 27 clases arriban a la entidad en un recorrido del Hemisferio Norte al Sur; y una vez que el frío llega a su fin, vuelan hacia los sitios de reproducción en el norte del continente americano. El 98 por ciento de la parvada corresponde a cuatro especies: aguililla gris, aguililla cola roja, zopilote aura y gavilán rastrero.
Esta migración no es exclusiva de las rapaces, pues también la realizan otros tipos de plumíferos que se trasladan debido al cambio de clima y la disminución de alimento; este movimiento registra un promedio de 700 mil ejemplares que viven en espacios acuáticos, como el pelícano blanco americano, la cigüeña y el pato aguja americano.
De esta forma, el cuidado de la riqueza natural de Veracruz (áreas naturales protegidas, áreas privadas de conservación y sitios Rámsar) es esencial para el curso del fenómeno migratorio. La importancia de estas aves radica en sus interacciones ecológicas (polinización, dispersión y depredación de semillas, así como un excelente control biológico de las poblaciones de insectos), y recientemente tienen un valor en actividades recreativas, como la observación.
En el estado, Pronatura inició en 1991 el proyecto de monitoreo de aves migratorias denominado Veracruz Río de Rapaces, promovido junto con Hawk Mountain Sanctuary y HawkWatch International. Entre sus logros destaca la implementación del primer observatorio de este tipo en el país, ubicado en la localidad Chichicaxtle, municipio de Puente Nacional, a donde han llegado hasta un millón 200 mil ejemplares rapaces en un día.
Además, desde 1998, Pronatura Veracruz opera una estación de captura y anillado de rapaces en la comunidad Cansa Burros, perteneciente a Actopan, con fines de investigación y monitoreo en la costa central de la entidad, a fin de obtener datos que ayuden a establecer patrones de edad, sexo y salud, mediante la recaptura de individuos ya registrados para determinar con precisión su ruta migratoria y longevidad.