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Agencia Imagen del Golfo

Los ríos Blanco, Carbonera y Chiquito, además de ser los más contaminados por lixiviados, drenajes sanitarios y aceites, también reciben descargas de desechos de granjas de cerdos y rastros clandestinos.

De acuerdo con Hugo Hernández Zamorano y Patricia Morales Lechuga, residentes de la colonia centro de Nogales, al no existir una regulación en materia de cuidado al medio ambiente, decenas de drenajes sanitarios y excremento de granjas clandestinas de cerdos se vierten a diario en estos ríos.

“A las autoridades no les interesa invertir recursos en el cuidado del medio ambiente, ni regular las granjas de cerdos que hay en todo el municipio y que vierten sus desechos en el río. Es una contaminación que se puede apreciar si se recorren los ríos”, detallaron.

Junto con un grupo de ecologistas, se han dado a la tarea desde hace dos años de realizar faenas de limpieza de pet, sin embargo, lo que han encontrado en los últimos 12 meses son caños o desfogues de granjas clandestinas de cerdos y pollos que también sirven de rastro para la comercialización de carne para consumo.

El llamado que hicieron es a las autoridades municipales para encausar primeramente estos desechos y posteriormente construir plantas de tratamientos para evitar la contaminación al rio y subsuelo, con lo cual se pretende mejorar el entorno y utilizar el agua sea para consumo o bien para animales y agricultura.

“Lo que te pudo decir es que hemos venido denunciando de dos años a la fecha la grave contaminación que persiste no solo en el río La
Carbonera, sino también en el río Blanco y el río Chiquito que son de los más contaminados de la región”, señalaron.

Si se camina a lo largo de cualquiera de estos afluentes, señalaron, se pueden contabilizar las salidas de drenaje sanitario, entre estas de granjas de cerdo que es lo que más contamina y genera la anidación de mosca y otros insectos.

Diariamente, dijo, el drenaje sanitario lleva disposiciones irregulares que van a parar sin tratamiento al cauce de los ríos porque los ayuntamientos no le han invertido al tema de las plantas de tratamiento.

Dichas descargas sanitarias llegan al afluente y más tarde van aparar a lagunas y mares con todo tipo de excrementos, aceites y químicos.