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Crónica del Poder

El pasado 29 de junio de 2016, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) rechazó el proyecto de amparo que pretendía abrir las puertas al aborto a nivel nacional. En una votación de 3 contra 1, se rechazó el proyecto de resolución del ministro Arturo Zaldívar, que proponía declarar inconstitucional el delito de aborto en México, anulando los artículos 332 y 334 del Código Penal Federal. Aunque el proyecto de amparo se desechó por improcedente, es decir por cuestiones de forma y no de fondo y por ello reconocemos que se trata de un logro parcial, aun así podemos interpretar que se trató de un verdadero triunfo de la cultura de la vida, de la sociedad y el estado de derecho. La noticia de que la corte abordaría ese tema provocó una enorme movilización social. Se organizó una campaña nacional que movió a miles de personas a expresar su apoyo en defensa de la vida, unos haciendo llamadas por teléfono, otros enviando mensajes y correos electrónicos a los ministros de la SCJN, muchos además en una actitud de oración para pedir que en México se respete la vida. Se trató de una epifanía de la cultura de la vida. Debemos recordar que los ministros de la SCJN están para salvaguardar la Constitución, no para crear leyes. Con ese amparo estaban invadiendo competencias que pertenecen sólo a los congresos. Ese proyecto de amparo buscaba poner las bases para la legalización del aborto en todo el país. Afortunadamente se rechazó. Somos conscientes de que el rechazo del proyecto del ministro Zaldívar no es porque los demás miembros de la SCJN estén convencidos por la vida, sino porque era improcedente. En un corto tiempo seguirán con el tema tal vez con otros casos similares. Eso significa que las presiones proabortistas seguirán haciéndose presentes por eso nosotros le apostamos a la cultura de la vida, seguiremos luchando por ella hasta que el estado blinde el derecho a la vida.
El derecho a la vida seguirá siendo el primero de todos los derechos. La vida humana no se puede negociar. Toda vida humana tiene dignidad y la debemos respetar. Los ministros de la SCJN en lugar de andar buscando posibilidades para hacer legal un acto inmoral como es el aborto, deberían buscar siempre la
protección de las personas, incluyendo a las no nacidas. Si los ministros se quieren meter en la discusión sobre la vida deberían proponer acciones, políticas y estrategias para ayudar a las mujeres y a sus hijos.
El aborto es un terrible mal que genera graves daños en la psicología y en el cuerpo de las mujeres. Si una mujer no está en posibilidades de continuar su embarazo, el Estado debería asumir esa responsabilidad para proteger a los dos, al hijo y a la mamá. No ayuda en nada a las mujeres legalizar el aborto. Si algo verdaderamente criminaliza a las mujeres es precisamente la legalización del aborto porque las convierte en asesinas de sus propios hijos. Nada más terrible y grotesco. El estado está para proteger la vida, no para destruirla.
Seguimos haciendo votos para que también en Veracruz la vida sea respetada, de ahí la iniciativa a favor de la vida que está esperando ser ratificada por los diputados. Esperamos que la vida triunfe y que este congreso de Veracruz pase a la historia como un congreso que ama la vida y la respeta a pesar de confrontarse con los mercaderes de la muerte.
Pbro. José Manuel Suazo Reyes Director Oficina de Comunicación Social Arquidiócesis de Xalapa