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Crónica del Poder

Mientras en el mundo y por todas partes existen expresiones de odio y de violencia, donde la ley del más fuerte sigue creando numerosas víctimas, hoy 4 de septiembre de 2016 fue canonizada en la Plaza de San Pedro en Roma, la MADRE TERESA DE CALCUTA, Premio Nobel de la Paz, un gigante del amor al prójimo que tenía una estatura extraordinaria a nivel mundial; ella inspiró a personas de todo el mundo, fue conocida y reconocida por el modo de vivir la caridad con los más necesitados.
La Madre Teresa nació un 26 de agosto de 1910 en Skopje. Fue la menor de los hijos de Nikola y Drane Bojaxhiu. La bautizaron con el nombre de Gonxha Agnes. A los 8 años quedó huérfana de padre. A los 18 años ingresó con las Hermanas de Loreto, en Irlanda. Allí tomó el nombre de Hermana María Teresa por Santa Teresa de Lisieux. Llegó a Calcuta el 6 de enero de 1929. El 24 de mayo de 1937, profesó los votos perpetuos.
Fue un 10 de septiembre de 1946, durante un viaje de Calcuta a Darjeeling para realizar su retiro anual, donde la Madre Teresa recibió lo que ella llamó la “inspiración”, su “llamada dentro de la llamada”. Aquel día la sed de amor y de almas se apoderó de su corazón. A partir de allí una serie de experiencias interiores le llevó a fundar una congregación religiosa al servicio de los más pobres entre los pobres. El 17 de agosto de 1948 se vistió por primera vez con el sari blanco orlado de azul y salió del convento de Loreto para introducirse en el mundo de los pobres.
La Madre Teresa recorrió los barrios pobres, visitó familias, lavó las heridas de los niños y ayudó a los olvidados. “Tocaba el cuerpo de Cristo las 24 horas” Todos los días recibía la Eucaristía y salía de casa con el rosario en la mano. En 1950 se estableció oficialmente la Congregación de las Misioneras de la Caridad. Desde entonces la obra de la Madre Teresa se difundió por todos los continentes.
En 1979 se le otorgó el Premio Nobel de la Paz. Sus obras dan testimonio de la alegría de amar y de la grandeza y dignidad de cada persona humana. La Madre Teresa sirvió a los pobres hasta el final de su vida, el 5 de septiembre de 1997.
La Madre Teresa de Calcuta fue beatificada el 19 de octubre del 2003, por el hoy santo, Juan Pablo II. Trece años después es canonizada por el Papa Francisco. El P. Brian Kolodiejchuk, M.C., postulador de la causa de canonización de Madre Teresa, señaló que “es la santa perfecta para el Año de la Misericordia”. “Es una santa para todos. Para los pobres, para los ricos y para nuestro tiempo tan devastado por la violencia y la aridez del corazón, porque ella fue capaz de demostrar que el mal, que las miserias que nosotros tenemos pueden ser perdonadas”. El Papa Francisco al proclamarla Santa ha dicho lo siguiente: “a lo largo de toda su existencia, ha sido una generosa dispensadora de la misericordia divina, poniéndose a disposición de todos por medio de la acogida y la defensa de la vida humana, tanto la no nacida como la abandonada y descartada… Se ha inclinado sobre las personas desfallecidas, que mueren abandonadas al borde de las calles, reconociendo la dignidad que Dios les había dado; ha hecho sentir su voz a los poderosos de la tierra, para que reconocieran sus culpas ante los crímenes de la pobreza creada por ellos mismos. La misericordia ha sido para ella la «sal» que daba sabor a cada obra suya, y la «luz» que iluminaba las tinieblas de los que no tenían ni siquiera lágrimas para llorar su pobreza y sufrimiento”. La Madre Teresa era un mensaje viviente de dedicación al prójimo necesitado, una palabra que interpelaba los discursos más elocuentes sobre todo aquellos que sólo redundan en promesas sin compromisos; su eterna sonrisa era como una caricia que llenaba de esperanza a quien la escuchaba o se encontraba con ella. Una mujer llena de Dios y de su ternura que llevaba en el corazón la fuerza de la misericordia de Dios. La Madre Teresa es un modelo de santidad para todo el que practica el voluntariado
La canonización de la Madre Teresa de Calcuta nos mueve a la gratitud con Dios por haber enviado a este mundo a un ser tan extraordinario como ella; nos anima a comprometernos con la caridad con los más necesitados. Teresa de Calcuta levantó de la calle a miles de enfermos abandonados, les ofreció un hogar y los trató con dignidad. Su testimonio de entrega a los demás es una invitación a todos para hacer lo mismo.

Pbro. José Manuel Suazo Reyes

Director Oficina de Comunicación Social Arquidiócesis de Xalapa