Las moscas blancas son plagas que afectan la agricultura a nivel mundial, especialmente los cultivos de hortalizas.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, el maestro en ciencias Óscar Ángel Sánchez Flores, estudiante del doctorado en parasitología agrícola de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN), explica los objetivos de su proyecto Moscas blancas, sus hospederos y parasitoides en el noreste de México, respecto a su importancia agrícola y científica, bajo la dirección del doctor Oswaldo García Martínez, profesor investigador del Departamento de Parasitología Agrícola de la UAAAN.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿Qué son las moscas blancas?
Óscar Ángel Sánchez Flores (OASF): Las moscas blancas son insectos pequeños, raramente mayores a tres milímetros (mm), los adultos de ambos sexos son alados y causan muchos problemas económicos en la agricultura por los daños que ocasionan.
Es importante mencionar por qué el nombre común de moscas blancas, Carlos Linneo en el año de 1758, cuando no había microscopios especializados, describió un insecto de la familia Aleyrodidae, el cual nombró Aleyrodes proletella y la clasificó en el orden Lepidoptera. De ahí el nombre común como palomillas o polillas blancas. En estudios posteriores en laboratorio, observaron el aparato bucal de este insecto que es picador-chupador y determinaron que no era una palomilla ni mariposa, sino una mosca y de ahí el nombre común.
En estudios recientes, las clasificaron en el orden Homoptera, ese orden se caracteriza por tener los dos pares de alas con estructura similar. Actualmente este grupo se ubica en el orden Hemiptera, quedando así aceptado el nombre común de moscas o mosquitas blancas.
AIC: ¿Cómo afectan las moscas blancas al ser humano y la agricultura?
OASF: Las moscas blancas afectan al ser humano y la agricultura por los daños que causan principalmente en hortalizas como son el tomate, calabaza, melón, pepino, sandía, papa, etcétera.
Este tipo de insectos causa varios daños, por ejemplo causan uno directo al alimentarse de la planta y succionar la savia, excretan una cera melaza que es un medio para el crecimiento de hongos como la fumagina. Esta fumagina crece y puede cubrir la hoja e interferir con los procesos fisiológicos de la planta como la fotosíntesis. Esto deprecia el valor de los productos.
Otro tipo de daño es la transmisión de virus, siendo este un daño indirecto, ya que son vectores. Estos virus pueden provocar pérdidas totales de los cultivos.
Cabe mencionar tres mosquitas blancas como las más significativas: la mosquita blanca de los invernaderos (Trialeurodes vaporariorum), que ataca los cultivos que ahí se producen; la mosquita blanca del camote (Bemisia tabaci), esta es de las más importantes por su transmisión de virus, y la mosca prieta de los cítricos (Aleurocanthus woglumi), que causa serios problemas a los citricultores.
Antes no eran plaga, pero el hombre empezó a perturbar los sistemas ecológicos y eliminar a los enemigos naturales de las moscas blancas que mantenían las poblaciones bajas. De tener un estatus de plagas secundarias, pasaron a tener un estado de plagas primarias e incluso algunos autores las nombran como superplagas.
AIC: ¿En qué consiste el proyecto que desarrolla actualmente sobre Moscas blancas, sus hospederos y parasitoides en el noreste de México?
OASF: Consiste en identificar los hospederos, que son las plantas donde se alimentan las moscas blancas, identificar las moscas blancas y los parasitoides que afectan sus poblaciones, es decir, sus enemigos naturales.
AIC: ¿Cuál es la importancia científica de esta investigación?
OASF: En México no hay colecciones científicas de moscas blancas, excepto la colección personal del doctor Vicente Emilio Carapia Ruiz, que es la más completa en México. Nosotros queremos proporcionar una colección científica de referencia, al menos en el noreste de México, donde puedan apoyarse científicos, técnicos, agricultores o toda persona que esté interesada en este grupo, que pueda tener acceso a una colección de referencia nacional científica y estabilizada, aquí en el Departamento de Parasitología de la UAAAN, accesible para quien tenga interés.
AIC: ¿Por qué es importante tener ubicada y clasificada la mosca blanca?
OASF: Es necesario conocer qué especies tenemos en la región, hay algunas especies que no son plaga pero pueden, en algún momento, saltar al estatus de plaga y es necesario ir un paso adelante, conocer qué especies están presentes y qué rol están jugando, de qué cultivos se están alimentando y qué familias de malezas pueden ser hospederos alternos en los cultivos.
El otro es por la gran diversidad de este grupo, conocer qué especies están en el noreste, incluso identificar especies nuevas y aportar especies nuevas para la ciencia.
AIC: ¿Cuáles han sido los principales resultados hasta el momento?
OASF: Anteriormente estaban registradas 15 especies para el estado de Coahuila, nuestros datos arrojan alrededor de 25 especies en lo que llevamos, un año y medio, quiere decir que hemos aumentado casi el doble de la cantidad que había y vamos a intensificar los muestreos para aumentar la lista de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas.
En el mundo se reportan mil 556 especies, en México aproximadamente hay reportadas unas 95, esta lista sigue en aumento de acuerdo con las investigaciones de otros colegas y nuestras mismas investigaciones y sabemos que en México, por su gran diversidad de ecosistemas, podemos llegar al menos a unas 150 especies. Falta reportar las nuevas especies en artículos científicos de revistas arbitradas.
AIC: ¿Cuál es el futuro de la investigación?
OASF: Tener una colección lo más completa posible de moscas blancas y de sus parasitoides, que sea de referencia científica. Formar personas especializadas que puedan identificar individuos de este maravilloso grupo de insectos.
Colaboramos con otros investigadores como el doctor Vicente Emilio Carapia Ruiz en la Escuela de Estudios Superiores de Xalostoc, de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, con la doctora Svetlana Nikolaevna Myartseva y el doctor Enrique Ruiz Cancino, de la Facultad de Ingeniería y Ciencias en la Universidad Autónoma de Tamaulipas.