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Agencia Imagen del Golfo

Con lágrimas, y desesperación, pasando hambre y frío, así se observó a madres y demás familiares de detenidos por el saqueo de tiendas en Las Choapas, Minatitlán y Nanchital.

Este martes se reunieron nuevamente a las afueras del CERESO Duport Ostión, al poniente de la ciudad, para insistir en las arbitrariedades cometidas en contra de sus familiares.

Denunciaron incluso que a algunas personas las dejaron en libertad el mismo día en que fueron capturadas en flagrancia, incluso algunos que sí se habían llevado algunas cosas de las tiendas que fueron robadas.

Criticaron las acusaciones que hizo la autoridad, sobre todo al señalarlos por vandalismo y pidieron ante los medios de comunicación, al gobernador del estado, Miguel Ángel Yunes Linares que se les hiciera justicia a quienes no estaban involucrados en los hechos, ya que muchos sólo estaban de espectadores.

Tal es el caso de una madre de familia, Jazmín Muñiz González que aseguró que su hijo, Jonathan González sólo estaba en el sitio equivocado en el momento equivocado.

Explicó que su hijo fue dejado en Soriana de Minatitlán por su jefe para tomar el transporte, y de eso el propio patrón del imputado fue a declarar este martes, constando que él no tenía mucho tiempo de haber llegado al sitio en donde se registró el saqueo.

Muñiz González rompió en llanto a lado de su hija y demás familiares cuando vio a su hijo, de 18 años, pasar hacia la sala de audiencia, esposado y escoltado por policías.

Otro caso más es el del hermano de la señora Teresita Rodríguez Jiménez; ambas de Minatitlán, aseguró que su hermano es inocente, y está muy preocupada porque él es diabético y fue maltratado por los policías, sin ser responsable, según lo que ella refirió.

En entrevista, ambas exigieron a las autoridades a que se garantice el respeto a los derechos humanos y garantías, sobre todo por las arbitrariedades registradas durante el proceso, de las cuales los abogados han señalado muchas.