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24 Horas

El sacerdote católico y activista Alejando Solalinde aseguró hoy a Efe que su postulación al Premio Nobel de la Paz 2017 le hace “fuerte” para defender a las personas migrantes frente a las políticas impulsadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

“Si Donald Trump está yendo con todo, yo seguiré también defendiendo con todo a las personas migrantes”, afirma el sacerdote mexicano en una entrevista realizada horas después de que se diera a conocer que el Comité Noruego del Nobel aceptó la postulación para este reconocimiento.

El sacerdote, un comprometido defensor de los derechos de los migrantes, considera que hay una “confrontación” entre los valores que ha dejado ver el republicano, de “xenofobia, discriminación, racismo y misoginia”, y los que esgrimen los defensores de derechos humanos.

Por ello, en su camino hacia el Nobel representará “a aquellas personas solidarias que ayudan a los migrantes, que son hermanos, que tienen derechos”.

“Esta postulación me hace fuerte a mí para apoyar a las personas migrantes”, asevera Solalinde.

Durante los últimos años, defiende, en materia de migración el país “ha hecho el trabajo sucio para EU” y ha tratado “con desprecio” y “como delincuentes” a las miles de personas que anualmente recorren el país -la mayoría centroamericanos- en busca de una mejor vida en el vecino del norte.

La nominación es, “antes que nada, una responsabilidad muy grande”, apostilla el sacerdote.

Recuerda que participó en la década de los 90 en el comité que defendió la postulación al Nobel del defensor de los derechos de los indígenas Samuel Ruiz, y que entonces mucha gente se acercaba al que fuera obispo de San Cristóbal de las Casas “como si fuera el mesías” buscando protección y justicia.

Si bien esta es una situación similar a la que él mismo experimenta en su día a día, este acercamiento de las víctimas “va a ser el doble” con la postulación.

“No me pesa, porque mi vida es para ellos, pero conozco mis límites”, reconoce Solalinde, quien espera poder encontrar la forma de dar respuesta a estas personas canalizando sus peticiones a activistas y a las instituciones, “que también deben hacer lo suyo y no lo hacen”.

El fundador del albergue de migrantes Hermanos en el Camino, ubicado en el sureño estado de Oaxaca, defiende que todos los recursos que lleguen a sus manos por esta postulación o por el premio, en el caso de ganarlo, los administraría “para las causas nobles” y así gastarlo “en favor de los que lo necesiten”.

“Yo no me quiero quedar con nada porque no lo necesito, tengo todo lo que necesito para vivir, soy el hombre más rico del mundo, no tengo necesidad de nada, al contrario”, reflexiona.

Y concluye diciendo: “No quiero que acabe mi vida y pensar que guardé algo que pudo haberse empleado para ayudar a alguien”.