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Crónica del Poder

– Los hoteleros de Poza Rica, Papantla, Tuxpan, Costa Esmeralda, Tecolutla, Coatzintla y Cazones tuvieron una ocupación de más del 80%

– Más de 320 mil asistentes en las tres sedes disfrutaron de cinco mil actividades lúdicas, reflexivas y creativas

La décima octava edición del Festival Cumbre Tajín lo confirmó como el suceso cultural más importante del estado Veracruz y uno de los más innovadores del mundo por la calidad de su programación -más de cinco mil actividades-, la respuesta del público -320 mil asistentes-, la ocupación hotelera -más de 80% en la zona-, la generación de empleos -más de 7 mil directos-.

Además del flujo de asistentes por la diversidad de sedes —la zona arqueológica de El Tajín, el Parque Takilhsukut y la ciudad de Papantla—y, especialmente, el eje de su oferta: la puesta en valor de la cultura Totonaca y sus tres Patrimonios de la Humanidad reconocidos por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (unesco): la zona arqueológica de El Tajín, la Ceremonia Ritual de Voladores y el Centro De Las Artes Indígenas.

A esto se suma la oferta musical que del 18 al 21 de marzo presentó de las expresiones indígenas a lo más vanguardista, la diversidad de talleres, la vasta presencia de sanadores y el florecimiento de proyectos que fortalecen los diálogos en torno a la identidad y la construción de futuro comunitario, como la V Muestra Internacional el Cine en la Cumbre, que presentó una exitosa selección de 60 audiovisuales.

Así también el Conversatorio de Danzantes del Totonacapan que reunió a practicantes culturales y académicos para dialogar en torno a la geografía sagrada, la formación de gestores y los significados identitarios de la música.

En paralelo, las exposiciones mostraron la profundidad y contemporaneidad de las expresiones del arte indígena.

Esto, gracias a la obra escultórica y pictórica de Jun Tiburcio en la Escuela de Museología Indígena, la exposición de instrumentos decorados por artistas huicholes en el Nicho de la Universidad Veracruzana, la muestra de fotografías de Héctor Montes de Oca, el recorrido histórico en torno a la Ceremonia Ritual de Voladores y las exposiciones de obra en las Casas-Escuela del Centro de las Artes Indígenas: pintura, alfarería, bordado, plantas medicinales, algodón y muchas otras.

Así, los hoteleros y los prestadores de servicios de Poza Rica, Papantla, Tuxpan, Costa Esmeralda, Tecolutla, Coatzintla y Cazones tuvieron una ocupación de más del 80%, lo que confirma que Cumbre Tajín ha establecido una fecha turística de importancia nacional e internacional, con todos los efectos benéficos que esto implica para los miles de prestadores de servicios que dependen de la presencia de visitantes para fortalecer su economía.

Este turismo está definido por el interés cultural, el deseo de vivencias, la búsqueda de diálogos y el respeto por las artes, los saberes y los maestros tradicionales Totonacas.

Por ello, durante cuatro días se vivió una interacción lúdica, reflexiva y creativa entre los anfitriones Totonacas que compartieron sus saberes y los animosos visitantes que se mostraron dispuestos al hallazgo, el aprendizaje y la conversación.

Todo esto ocurrió con saldo blanco, gracias al trabajo interistitucional entre más de 25 instancias privadas y de los tres niveles de gobierno.

De esta manera, tras cuatro días de festejo, felicidad, aprendizaje e inmersión cultural, Cumbre Tajín cerró el ciclo anual que lo refrenda como un Festival de características únicas, un excecional detonador socioeconómico, un espacio privilegiado para las identidades y una ventana a lo que el gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, describió en la ceremonia inaugural:

“Cuando se llega al Tajín se llega a un lugar maravilloso” porque en el Totonacapan se encuentra una “parte esencial del ser veracruzano” y una cultura viva, que durante Cumbre Tajín comparte música, danza y lenguaje. “Todo esto es Veracruz, historia, belleza, riqueza humana y arquitectura”.