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Excélsior

La reforma legal que entró en vigor el fin de semana pasado, que tipifica el tráfico ilegal de pez totoaba como delincuencia organizada, es un paso muy importante en el rescate de la vaquita marina, pero debe ir acompañado de una veda permanente en el uso de redes en el Alto Golfo de California y un decreto que prohíba la fabricación, posesión y transportación de artes de pesca que interactúan con el mamífero marino en mayor peligro del mundo.

Así lo advirtió en entrevista con Excélsior, Lorenzo Rojas-Bracho, presidente del Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita (CIRVA), quien señaló que estas recomendaciones fueron hechas al Gobierno de México desde la segunda reunión del grupo de expertos realizada en abril de 2014.

Porque ahora lo vemos muy claro, en estos dos años que hubo una prohibición temporal para salir a pescar con redes; los pescadores salían con ellas, porque las tenían y hay que erradicarlas; se fabrican ahí en sus comunidades, tenemos reportes de los lugares donde se construyen las redes”, indicó.

La captura del pez totoaba, conocido como la “cocaína del mar”, por el alto valor que su vejiga natatoria alcanza en el mercado negro de China, donde le atribuyen supuestos efectos medicinales, es la primera causa de mortandad de la vaquita marina, que se ahoga en las redes ilegales colocadas en su hábitat.

CADA VEZ SON MENOS
El también coordinador de Investigación y Conservación de Mamíferos Marinos del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INEEC) recordó que, en noviembre de 2016, la última estimación del CIRVA era que sólo quedaban 30 ejemplares de vaquita marina.

Pero dijo que lamentablemente el número se redujo aún más durante el pasado mes de marzo, ya que fueron localizados un feto en la zona denominada “Playa Hermosa”, en Baja California y un cadáver de una hembra a 26 kilómetros al norte del Puerto de San Felipe.

En la necropsia encontramos que el ejemplar adulto había sido acuchillado para hundirlo, aunque murió ahogado atrapado en una red”, explicó.

Destacó que un tercer hallazgo fue el de un individuo que no tenía cabeza y que estaba en un avanzado estado de descomposición.

Detalló que, aunque uno de los expertos mundiales ya aseguró que se trata de una vaquita marina, se están haciendo los estudios genéticos para confirmarlo.

Agregó que existe un cuarto cadáver del que únicamente se tiene una fotografía tomada por turistas en las inmediaciones de San Felipe.

Y siempre lo que pasa es que nos enteramos del mínimo, puede ser que sean más (vaquitas marinas muertas)”, lamentó.

SANTUARIO
Lorenzo Rojas-Bracho dio a conocer que la captura de entre ocho y 10 vaquitas marinas para llevarlas a un santuario temporal comenzará a finales de septiembre y concluirá a finales de octubre, con la ayuda de dos delfines de la Armada de Estados Unidos, entrenados para su localización.

Indicó que el sitio de semicautiverio estará ubicado en una bahía al norte de San Felipe, Baja California, donde se construirán dos tipos de encierro, uno flotante y movible y el otro, instalado sobre la costa, con pasillos por donde puedan caminar los veterinarios que estarán al cuidado de las vaquitas marinas.

Abundó que para realizar esta operación se cuenta con un presupuesto de cuatro millones de dólares; tres millones que aportará la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y un millón de dólares más que se logró recaudar con aportaciones de la sociedad civil en Estados Unidos.