El juez de control Alejandro Cruz Sevilla declaró la inimputabilidad de la persona a la que el Ministerio Público acusa del delito de tentativa de homicidio agravado contra un párroco, en hechos ocurridos el 15 de mayo en el interior de la Catedral Metropolitana.
En audiencia inicial, el impartidor de justicia calificó de legal la detención del sujeto y le impuso como medida cautelar su sometimiento a vigilancia en el Centro Varonil de Readaptación Psicosocial durante el tiempo que dure su proceso.
Por otra parte el detenido, asesorado por su defensor privado, solicitó la duplicidad del término constitucional para que se defina su situación jurídica, por lo que se programó continuación de audiencia para el día 22 en la que el juez determinará si lo vincula o no a proceso.
Al inicio de la audiencia, Cruz Sevilla hizo una interpretación armónica de la legislación nacional y de convenciones internacionales signadas por México para determinar que, a pesar de la inimputabilidad del detenido, éste tiene la capacidad jurídica de goce y ejercicio de sus derechos.
Para su comparecencia en la audiencia, y dada la condición del acusado, el juez determinó que éste debía estar asistido, además de sus defensores públicos, por un perito en psiquiatría y una facilitadora encargada de hacer valer sus derechos, en este caso una especialista de la organización Documenta.
En la solicitud de audiencia del agente del Ministerio Público se estableció que el perito de una institución pública de psiquiatría consideró que el detenido presenta trastorno psicótico de origen a determinar, que lo coloca en la condición de no reconocer lo que es un hecho delictivo.
Por tal motivo, el juzgador procedió a declarar la inimputabilidad, aclarando que, con base en una interpretación armónica de la legislación mexicana y de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, el detenido tiene capacidad jurídica y goce y ejercicio de sus derechos.
Por otra parte el agente del Ministerio Público tuvo oportunidad de imputar el delito al detenido, refiriendo que causó una herida al párroco con un cuchillo en la cara posterior del cuello, hecho que atestiguaron diversas personas que alertaron a un policía federal, a quien solicitaron su intervención para detener al agresor.
El juez Cruz Sevilla consultó al detenido si era su deseo declarar, lo que motivó que su abogado defensor solicitara un receso para discutir en privado este punto con su defendido, el perito y la facilitadora.
Una vez culminado el receso de 20 minutos, el juez consultó al detenido, quien, asesorado por su abogado, expresó su deseo de reservarse su derecho a declarar.
En este punto, el perito en psiquiatría advirtió que, durante el receso, y con base en un examen mental, el sujeto presentaba síntomas activos de trastorno psicótico, tales como ideas delirantes de tipo persecutorio y distorsión de la realidad.