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e-consulta Veracruz

La estructura de la Torre Latinoamericana, ubicada en la esquina de la calle Francisco I. Madero con avenida Eje Central Lázaro Cárdenas, que consta de 181 metros y alberga 44 pisos, ha resistido tres grandes terremotos desde su inauguración ocurrida el 30 de abril de 1956 en la Ciudad de México.

El inmueble fue la edificación más alta de la capital del país desde su construcción hasta 1972 y obtuvo el récord de la torre más alta del mundo fuera de Estados Unidos.

Además, fue el primer y más grande edificio con fachada de cristal y aluminio y la única en todo el mundo en estar en asentada en una zona de alto riesgo sísmico por lo que fue un precedente para la construcción de edificios en todo el mundo.

Debido a que el subsuelo de la capital es fangoso y con consistencia esponjosa, fue necesario introducir 361 pilotes especialmente diseñados a una profundidad de 33 metros para cimentar la torre. Se colocó una base de concreto que permite que el edificio literalmente «flote» en el subsuelo, independientemente del soporte que le otorgan los pilotes.

Para soportar el peso total del edificio, que es de 24 mil 100 toneladas, se construyó una estructura rígida de acero con un peso de tres mil 200 toneladas, la cual alberga tres sótanos, 44 pisos y un pararrayos de 54 metros.

Esta tecnología pionera en el país fue la primera de su tipo en el mundo y sigue siendo utilizada por todas las construcciones de rascacielos en zonas de alto riesgo sísmico.

A la Torre Latinoamericana se le considera uno de los rascacielos más seguros del mundo junto con Torre Mayor, Torre Ejecutiva Pemex, World Trade Center México, Torre HSBC, Edificio Reforma Avantel, St. Regis Hotel & Residences y Torre Insignia.

La construcción y diseño de la torre fue reconocida a nivel mundial. El American Institute of Steel Construction le otorgó al rascacielos diseñado por los arquitectos Augusto H. Alvares y Alfonso González Paullada una condecoración por ser el edificio más alto que jamás haya sido expuesto a una enorme fuerza sísmica.

La magnífica torre se erigió como muestra del México creciente de la época y fue inaugurada oficialmente el 30 de abril de 1956, la compañía de seguros ocupó del cuarto al octavo piso, mientras que el resto del espacio se ofreció para oficinas en renta.

Resistió tres grandes terremotos

En 1947 inició la planeación del edificio que resistió tres grandes sismo que azotaron al país, el cual tenía en un principio la enmienda de hacer una construcción que representara la importancia de la empresa Latinoamericana de Seguros y el crecimiento de la ciudad, así como del país.

En cumplimiento con su objetivo, la Torre Latinoamericana ganó fama a nivel internacional cuando resistió el terremoto de 7.7 grados el 28 de julio de 1957, gracias a su construcción con estructura de acero y pilotes profundos.

Pero el edificio de 44 pisos aún tenía que enfrentar un reto mayor: el terremoto de 8.1 grados Richter del 19 de septiembre de 1985, pese a la fuerza del fenómeno «la Latino», se mantuvo en pie frente a la destrucción de edificios vecinos.

Otro 19 de septiembre pero de 2017 un sismo de 7.1 grados sacudió sus cimientos, sin embargo, permanece en píe, de manera aparente sólo sufrió el rompimiento de algunos cristales que ya se encuentran en proceso de reparación.

El predio, que en la actualidad ocupa la torre, fue ocupado por la casa de animales del tlatoani mexica Moctezuma II y tras la conquista, ahí se construyó el antiguo Convento de San Francisco.

Renovación

Para el director de la torre, Pedro Fossas, con el paso de los años el rascacielos tiene que ser renovado pues ya no cuenta con la última tecnología, sin embargo «sigue teniendo un magnetismo muy especial.»

En entrevista, argumentó que la torre es considerada como uno de los emblemas más representativos de la ciudad e incluso del país por su impotente diseño y su ubicación.

Reconoció que la torre se tiene que modernizar, sin embargo, señaló que para ello se requerirían muchos millones de pesos.

Explicó que una manera de obtener los recursos que se requieren para su renovación sería la venta de espacios publicitarios, pero la autoridad no permite la publicidad en la fachada del edificio.

«Es el mayor anhelo que tenemos, nos encantaría renovar la torre en muchos aspectos técnicos y estéticos como el esplendoroso vidrio azul que el paso del tiempo ha ido deslavando», puntualizó.

En febrero de este año el reloj se sustituyó por cuatro pantallas con tecnología led, que ofrece datos como la hora a las miles de personas que todos los días transitan en la zona concéntrica a la torre.

Además de albergar oficinas de diversas compañías, tras subir 916 escalones ofrece una vista privilegiada de la Ciudad de México en su mirador, además de un restaurante y un museo.