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Crónica del Poder

El pasado 7 de marzo de 2018, al término de la tradicional audiencia de los miércoles, el Papa Francisco anunció la canonización de dos grandes personajes de la Iglesia católica, en la segunda mitad del s. XX se trata del papa PABLO VI y el arzobispo de San Salvador OSCAR ARNULFO ROMERO.

Pablo VI fue Sumo Pontífice entre los años de 1963 a 1973, será el tercer papa que
canoniza Francisco, después de San Juan XXIII y San Juan Pablo II; el arzobispo Oscar
Romero fue asesinado de un disparo al corazón por un francotirador, el 24 de marzo de
1980, mientras oficiaba una misa en la capilla del Hospital Divina Providencia, en San
Salvador. Muy probablemente sean canonizados en octubre próximo, al término del Sínodo
de Obispos sobre la juventud.
PABLO VI fue el papa que clausuró el Concilio Vaticano II, fue el creador del Sínodo de
Obispos con el que el romano pontífice recibe ayuda en su tarea del gobierno en la Iglesia
universal; fue el primer papa que hizo un viaje fuera del Vaticano, por lo mismo el primer
pontífice que visitó Tierra Santa; Pablo VI fue el primer papa que visitó los cinco
continentes. En 1970 sufrió un atentado en el aeropuerto de Manila donde un pintor
boliviano lo hirió con dos puñaladas.
Al papa Pablo VI debemos la gran encíclica Humanae Vitae que ofreció al mundo en 1968,
sin duda un documento profético que le llevó a enfrentar diferentes reacciones negativas,
incluso al interior de la Iglesia. En la Humanae Vitae el Papa Pablo VI expuso la postura de
la Iglesia Católica sobre el aborto, el control de la natalidad y los métodos anticonceptivos.
El primer milagro atribuido a la intercesión del papa Pablo VI por el que fue beatificado, fue
la curación de un feto a quien se le había diagnosticado graves problemas cerebrales, la
madre se negó a abortar y el niño nació sin problemas. El milagro reconocido en esta
ocasión, que le llevará a la canonización es el de una niña nacida en la navidad de 2014 en
Verona, Italia, con apenas 24 semanas de gestación, que sobrevivió.
MONS. OSCAR ROMERO nació en la Ciudad de Barrios, el Salvador, el 15 de agosto de
1917, se ordenó sacerdote en Roma en 1942; fue nombrado obispo de Santiago de María
en 1974, a partir de ahí emprendió una intensa labor en favor de los campesinos más
pobres de su diócesis. El 8 de febrero de 1977 fue designado arzobispo de San Salvador.

La persecución, que incluían expulsiones y asesinatos, contra sacerdotes y laicos, le llevó a
enfrentarse con la dictadura de su país. En sus diferentes homilías en la catedral, mons.
Romero denunció los atentados frecuentes contra los derechos humanos, su defensa de
los pobres fue proverbial, levantando su voz a favor de los más humildes.
Un día antes de su muerte, el arzobispo Oscar Romero pronunció un sermón en el cual
pidió a los soldados del ejército que no obedecieran órdenes de matar civiles: “hermanos,
son de nuestro mismo pueblo, matan a sus mismos hermanos campesinos y ante un orden
de matar que dé un hombre, debe prevalecer la ley de Dios que dice no matar. Ningún
soldado está obligado a obedecer una orden contra la ley de Dios, una ley inmoral nadie
tiene que cumplirla”.
Mons. Romero fue asesinado, un día después, el 24 de marzo de 1980 mientras oficiaba la
santa misa. El camino para llevarlo a los altares comenzó oficialmente en 1990, bajo el
pontificado de Juan Pablo II. El decreto de su beatificación en 2015, reconoció su muerte
como martirio “in odium fidei”, es decir que fue asesinado por odio a la fe y por lo tanto sin
necesidad de un milagro.
La ceremonia de beatificación se llevó a cabo el 23 de mayo de 2016 en la capital del
Salvador ante cientos de miles de devotos y presidentes de varios países. El milagro
atribuido a la intercesión de mons. Romero que lo llevará a los altares fue la curación de un
cáncer incurable de una mujer.
Que por intercesión de mons. Romero y el papa Pablo VI alcancemos la paz en nuestro
país para que en México la vida humana sea respetada desde el momento de la
fecundación hasta su desenlace natural.

Pbro. José Manuel Suazo Reyes

Director

Oficina de Comunicación Social
Arquidiócesis de Xalapa