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La Jornada

Contar a Shakespeare con las manos. Es la historia de Romeo y Julieta en lenguaje de señas mexicano en la puesta en escena Silencio, Romeo, que se estrena este 30 de junio en el Teatro El Granero del Centro Cultural del Bosque. Los personajes son interpretados tanto por actores sordos como por actores oyentes, con música en vivo.

Todo el público puede venir a ver esta obra, expresan Eduardo Domínguez, actor sordo que interpreta a Mercucio, y Estela del Rosario, oyente, quien interpreta a Julieta y en ocasiones al padre de Julieta.

“Siento que es muy padre traer esta obra ahorita porque durante años se han presentado obras de Shakespeare y siempre han sido enfocadas a un público oyente o interpretadas solamente con la voz, pero ahora es interpretar a Shakespeare con nuestras manos, hace que el público se impacte y conozca acerca de los sordos, de cómo trabajamos y de nuestro idioma, y es algo que jamás se ha hecho. Es Shakespeare en la lengua de señas lo que lo hace muy atractivo”, dice en entrevista Eduardo Domínguez.

“Para mí es importante atravesar la barrera de la lengua en general. Hay guerras por no hablar el mismo idioma, por no ser igual que el otro, por ser diferentes nada más. Presentar esta obra con señas es una analogía al mundo: los jóvenes se quieren amar, el amor es algo que está bien en la etiqueta que venga. Lo importante de presentar esta obra en lengua de señas es traspasar esa barrera del lenguaje”, expresa Estela del Rosario.

Silencio, Romeo “es una obra de pasiones juveniles, de dos chicos que no transigen, que saben a lo que van; ninguno es tonto, ninguno va con los ojos cerrados, aún así transgreden todas las barreras para estar juntos hasta el punto del no retorno. Eso es algo muy de jóvenes: estiran la liga hasta que la revientan y por eso creo que Shakespeare es muy actual, es de ayer de hoy, de mañana.

“En todas sus obras y en todas las presentaciones son muchos los subtemas, aquí tenemos la relación padre hijo, la transgresión juvenil, el amor, el odio sin sentido, la falta de comunicación, la falta de arraigo de no conocer quién eres y querer conocerte a través del otro”, agrega la actriz.

Otro de los mensajes que transmitimos como actores, oyentes o sordos y los músicos que participamos es que queremos mostrar la lengua de señas, que las personas vengan y se permeen un poco de lo que es la cultura de los sordos y de nuestro idioma, subraya Domínguez, quien mencionó también lo que fue el proceso para traer esta tragedia de Shakespeare a la lengua de señas mexicana.

“Tomamos la obra de Romeo y Julieta de su idioma original, en inglés, Alberto Lomnitz hizo la traducción al español y una vez con ese texto en español se hizo la adaptación. Carlos Corona (quien dirige la obra) hizo la adaptación y tomando ya el guión como tal se tradujo a la lengua de señas mexicana, para ello trabajaron Eliu Zárate, traductor oyente, Roberto de Loera y yo como traductores.

“No fue un trabajo sencillo por las metáforas, la poesía y llevarlo a un lenguaje que el sordo pudiera entender en su día a día, porque la lengua de señas mexicana -pese a su riqueza- no está acostumbrada a este tipo de poesía. Presentar nuestra adaptación en Silencio, Romeo requirió este gran trabajo de traducción y después ensayos durante tres meses con actores oyentes, enseñarles el guión ya traducido y luego llevarlo a la par de lo que dicen con su voz requirió un proceso de varios meses de trabajo”.

Esta puesta en escena funciona al mismo tiempo con voz y lengua de señas lo que la hace perfecta para cualquier público.

Silencio, Romeo tendrá temporada entre el 30 de junio y el 26 de agosto con funciones sábado y domingo a las 12:30 horas. El Teatro El Granero se localiza atrás del Auditorio Nacional.