El número de migrantes centroamericanos que permanecen en el albergue habilitado por el Ayuntamiento de Tijuana, México, en la unidad deportiva «Benito Juárez» han triplicado la capacidad del recinto y ahora rebasan las 6 mil personas.
Este viernes amanecieron en el complejo 3 mil 877 hombres, mil 127 mujeres, 542 niños y 516 niñas, la mayoría en improvisadas tiendas de campaña al aire libre, para un total de 6 mil 062 personas.
Las autoridades sanitarias locales consideran la situación en el albergue como un foco rojo, con potencial de que se produzcan intoxicaciones y contaminación de alimentos.
El Ayuntamiento informó el martes que solo hay recursos para mantener en operación el recinto dos días más. De acuerdo con el tesorero municipal, Ricardo Chavarría, la operación cuesta solo en alimentación 600 mil pesos (29 mil 325 dólares) diarios.
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Muchos migrantes se sienten acorralados en la unidad debido al cerco establecido por fuerzas federales mexicanas y por el inicio de las deportaciones de los centroamericanos sospechosos de haber participado en un enfrentamiento con policías suscitado el domingo pasado.
Un grupo de migrantes emitió el martes un comunicado titulado «No queremos regresar a la violencia» en el que pidieron a las autoridades detener las deportaciones y «detenciones arbitrarias».
David Vázquez, uno de los migrantes, afirmó que agentes de la Policía Municipal arrestan sin motivo a los centroamericanos «cuando alguien sale del albergue a comprar algo a la tienda».
«Los policías nos detienen sin ningún motivo. Nos preocupan las detenciones, cada día desaparecen alguien del albergue», agregó.