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La Jornada / Reyes Martínez Torrijos

La celebración del quinto centenario de la muerte del artista Leonardo da Vinci este año en Francia inició en Italia una disputa en el ámbito artístico, muestra de la compleja relación entre ambos países.
Existía un acuerdo alcanzado en 2017 entre los gobiernos francés e italiano según el cual Italia prestaría cuadros de Leonardo da Vinci al Museo del Louvre para una gran exposición que comenzaría en el otoño de 2019, reportó la agencia Afp.

En retribución, el recinto parisino prestaría sus obras de Rafael (1483-1520) a un museo de Roma para una exposición programada para 2020 con el fin de celebrar los cinco siglos del otro genio de la pintura. Las cosas cambiaron en junio pasado, cuando arribó al gobierno una coalición de extrema derecha.

Según el diario estadunidense The New York Times, Lucia Borgonzoni, nueva secretaria de Estado italiana de Cultura –nombrada luego de la victoria del partido Liga– consideró a finales de 2018 inconcebibles los términos del acuerdo y acusó a Francia de tratar de apropiarse de Leonardo para la exposición en París. La funcionaria, integrante del partido de extrema derecha ahora en el poder, añadió que Francia trató a Italia con falta de respeto y como supermercado cultural al enviar una lista de compras de las obras que quería pedir prestadas, esencialmente todo.

La publicación menciona que las declaraciones de la funcionaria cultural están dirigidas contra el pro europeo presidente francés Emmanuel Macron. El nacionalismo, tabú durante medio siglo después de la Segunda Guerra Mundial y la caída de Mussolini, aparece repentinamente en Italia, a medida que todas las disputas políticas posibles se proyectan en tonos chovinistas. La cultura había sido durante mucho tiempo un terreno relativamente neutral. Ya no.

Afp reportó que Borgonzoni señaló: “Leonardo es italiano, en Francia sólo murió. El préstamo de estos cuadros al Louvre dejaría a Italia al margen de un gran acto cultural.

Dentro del respeto a la autonomía de los museos, el interés nacional no puede quedar en segundo plano, los franceses no pueden tenerlo todo, añadió la secretaria de Estado, quien considera que hay que renegociar todo.

Eike Schmidt, director de la galería Uffizi de Florencia, donde se conservan los cuadros La adoración de los Magos, La anunciación y Bautismo de Cristo, de Da Vinci, sostuvo que cualquier decisión sobre el préstamo de obras de arte debe ser guiada por su estado de conservación, antes de cualquier otra consideración, especialmente política.

Las tres pinturas, agregó, están inscritas desde 2009 en la lista de obras que no se prestan.

“Precisamente el Louvre no deja que La Gioconda viaje, salvo contadas excepciones”, como ocurrió en 1963 (cuando viajó a Estados Unidos) y en 1974 (a Japón).

El diario francés Le Monde publicó la nota encabezada Tensión francoitaliana en torno a Leonardo da Vinci, en la que puntualiza que “Roma pone en tela de juicio el acuerdo de préstamo de las obras aprobado para celebrar el 500 aniversario de la muerte del genio toscano.

“El tema se había convertido, en los últimos meses, en uno de los leitmotivs de la diplomacia francesa en Italia: incluso cuando las relaciones son peores entre París y Roma, nada se pierde porque todavía hay intercambios culturales. Entonces, ¿qué queda por esperar, de todos modos la cultura se va?”

The New York Times difundió que como muestra de buena voluntad, los franceses también retrasaron su retrospectiva de Leonardo da Vinci para octubre, a fin de dar tiempo a que los museos italianos exhibieran sus muestras del polímata florentino.

El Louvre mostrará las cinco pinturas con que cuenta, entre las que están La Gioconda y La Virgen de las Rocas, así como 22 dibujos, esculturas y creaciones del pintor (La Jornada, 2/2/19).

El periódico estadunidense informó la posición de Simone Verde, director de la Galería Nacional de Parma, quien decidió enviar la obra Cabeza de muchacha al Louvre.

Desde el punto de vista de la historia del arte, indicó Verde, la falta de una retrospectiva italiana significa que Leonardo se convierte en un artista globalizado sin país de origen y pertenece al museo que tiene la mayor parte de sus obras de arte.