Es probable que el mar siga siendo del mismo color, pero sus tonalidades, sin duda, serán más azules o más verdes, debido al impacto que el cambio climático está teniendo en su composición y distribución, de acuerdo con un estudio realizado por científicos de Estados Unidos y Europa.
Expertos del Massachusetts Institute of Technology (MIT), así como del Centro Nacional de Oceanografía de Southampton, Reino Unido, elaboraron un modelo para estudiar cómo está afectando el cambio climático al fitoplancton -organismos acuáticos de origen vegetal que habitan en los mares, lagos y ríos- y, por tanto, al color del mar.
Según el estudio, la mayor parte del calentamiento global lo están absorbiendo los océanos y se estima que la temperatura media de la superficie marina suba en 3 grados centrígrados para finales de siglo.
Las temperaturas más elevadas ya están impactando la vida oceánica y el fitoplancton.
“El fitoplancton necesita la luz (ya que es su fuente de energía), y nutrientes, pero la mayor parte de estos viene de las profundidades. Los cambios inducidos por el calentamiento están provocando que lleguen menos nutrientes a la capa superficial (del mar), por lo que lo más probable es que el fitoplancton disminuya en muchas partes del océano”, indicó a El País la investigadora del MIT y principal autora del estudio, Stephanie Dutkiewicz.
Según los resultados del estudio publicados en Nature Communications, buena parte del océano ya está cambiando de color y, para el año 2100, estiman que hasta algo más del 50 por ciento de la superficie marina podría tener otro color.
«Los cambios serán muy sutiles, el ojo humano probablemente no los vea, pero sí los sensores ópticos», aclara la investigadora del MIT. «Sí, el mar seguirá siendo azul, pero algunas regiones, grandes zonas al norte y al sur del Ecuador serán posiblemente más azules», añade.
Mientras que el verde se hará más presente en las aguas polares y en las aguas costeras tropicales donde el fitoplancton soporta mejor el calor.
El fitoplancton cuenta con un pigmento verde, la clorofila, para realizar la fotosíntesis y esto hace que la luz que más refleja sea el verde, de ahí las tonalidades verdosas de muchas partes de los mares.
El miércoles se dio a conocer que 2018 fue el cuarto año más caluroso del que se tenga registro, y meteorólogos británicos pronostican que los próximos cinco lo serán mucho más, incluso a niveles históricos.