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La Jornada
La teniente enfermera Elsa Cecilia Ortiz González y la cabo oficinista Reina Nallely Arias son dos de las 60 mujeres que forman parte del Tercer Batallón de Paracaidistas.

En sus boinas lucen las insignias que las identifican como parte del cuerpo élite del Ejército Mexicano, un grupo al que sólo ingresan quienes tienen la fortaleza física y emocional para lanzarse al vacío desde un avión en vuelo y participar en operativos antinarcóticos o de rescate, entre otras actividades.

 

Millones de personas en todo el mundo celebran el Día Internacional de la Mujer al exigir un mundo con equilibrio de género, en medio de la brecha salarial persistente, la violencia y la desigualdad generalizada.

 

Ambas entrevistadas son madres y sus compañeros de armas las reconocen como el pie veterano que en cuestión de género hoy va creciendo en las filas de los paracaidistas, ya que es un selecto grupo de militares el que ingresa por sus resultados en cada curso cuando uno de los veteranos o se jubila o por causas del servicio ya no puede realizar la labor asignada al ciento por ciento.

Cada una tiene un índice de masa corporal que no supera 20 por ciento, lo debido, no tienen adicciones y cada día dedican al menos seis horas de sus actividades –que se suma al cumplimiento de funciones como enfermera y oficinista– para estar en buena forma física.

Pero también deben tener tiempo para repasar una y otra y otra y otra vez los procedimientos para un salto, que van desde el acomodo de la mochila en la que está su paracaidas hasta el propio lanzamiento.

Entrevistada en el contexto de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer en las instalaciones del Campo Militar Número Uno, en lo que se conoce como el Nido de las Águilas, la teniente Ortiz González afirmó que cada vez es mayor el número de mujeres que en las fuerzas armadas realiza las labores que antes se consideraban exclusivas para hombres.

Ella, una de las primeras en superar los cursos para ser paracaidista, afirmó que cualquier mujer puede lograrlo, que sólo se requiere estar convencida de lo que se quie-re alcanzar.

Con más de 20 años de experiencia en la institución militar, además de los cursos básicos de paracaidismo ha participado en capacitación para rescate y operaciones en alta y media montaña.

La también instructora de paracaidismo afirma que en esta área no hay diferencias entre hom-bres y mujeres, pues todos deben seguir y cumplir los procedimien-tos establecidos.

En tanto, Reina Nallely Arias Gómez, quien tiene tres años de haber ingresado a la Sedena, ya forma parte del Tercer Batallón de Paracaidistas y aseguró sentir orgullo por pertenecer a esta área, ya que ello significa que hemos hecho bien nuestro trabajo y que se dé mayor apertura a las mujeres.

Afirmó que el primer salto en paracaídas fue el mejor de todos, ya que no sabía lo que se sentía al saltar desde un avión, dijo que esa primera experiencia es donde más miedo se siente, pero ahora ya sé que no hay paracaídas para hombre o para mujer, todos son iguales. No hay saltos o aviones para hombres y para mujeres. Hay equidad y aquí todos somos un equipo.