Uriel es el único sobreviviente de un parto de trillizos, nació a las 26 semanas de gestación, pesando 940 gramos y actualmente tiene 1 año 9 meses de vida.
Debido al complejo parto que tuvo su joven madre, sus dos hermanos murieron a las pocas horas de haber nacido, y para él, fue el inicio de una larga batalla llena de malos pronósticos.
“Ningún doctor le dio esperanzas de vida, no querían invertir en mis hijos porque no tenía caso que un bebé de ese tiempo viviera por todas las secuelas que iba a tener, pero a pesar de eso yo me aferré a mi hijo”, comentó su mamá, Graciela Romero.
En diversas ocasiones, el pequeño ha estado conectado a un ventilador mecánico para poder respirar, fue operado de sus ojos por la retinopatía que sufrió al tener tanto oxígeno suministrado, ha sufrido hemorragias en su cabeza y pulmones, desmayos y tres paros cardiorrespiratorios.
En el último paro, Graciela Romero de 21 años de edad, relató los momentos de angustia que vivió al ver que su hijo se estaba muriendo.
“Cuando entré vi a mi hijo conectado a esa máquina que marcaba 16 latidos, lo cargué, lo abracé, le empecé a hablar, lo besé, lo apreté y por milagro o no sé qué sea, pero la máquina empezó a marcar más latidos de su corazón y el médico que dijo que lo volviera a acostar porque mi hijo tenía su frecuencia cardíaca normal”, recordó.
Tras su aparente recuperación, Uriel fue trasladado a un hospital de la Ciudad de México para una nueva valoración, y fue ahí donde un duro golpe los volvió a sacudir.
“Mi hijo se puso mal en la consulta de otorrinolaringología pediátrica y deciden dejarlo en terapia intermedia por su gravedad, a los dos días le hacen una laringoscopia directa y le detectan cuatro quistes obstruyendo su tráquea y me dijeron que a mi hijo no le quedaba mucho tiempo de vida”, expresó.
Ya de regreso en su natal Veracruz y después de varios diagnósticos médicos, la familia recibió otra terrible noticia; al menos 10 enfermedades están atacando su frágil cuerpo.
“Mi hijo tiene displasia broncopulmonar, quistes subglóticos, retraso psicomotor, ventrículos dilatados de la cabeza, soplo grado 2 funcional en el corazón, desnutrición severa, escoliosis, hipotiroidismo primario, déficit del sueño y posiblemente leucemia”, detalló.
El pequeño guerrero no come sólidos desde hace 5 meses y vive conectado al oxígeno.
Para mejorar su salud, tiene que someterse a una costosa cirugía para retirarle dos quistes en su tráquea, sin embargo, no cuenta con los recursos económicos para costearla, por lo que la familia de Uriel pide el apoyo de la población para reunir los más de 150 mil pesos que se requieren.
Quien guste aportar a la recuperación de Uriel, lo puede hacer depositando al número de cuenta: 4027- 6657- 1229- 6517 de Banco Azteca o bien comunicarse al teléfono celular: 2299- 08-80-83.