La organización Oceana México reveló que muchos tiburones, que se venden como bacalao en la capital del país, están en riesgo de desaparecer si no se toman medidas y acciones para protegerlos.
La mayor organización internacional centrada exclusivamente en la conservación de los océanos dio a conocer que luego de realizar una investigación se determinó que en la Ciudad de México existe sustitución y fraude en la venta del pez que habita en mares fríos.
“Se detectó que 31.5 por ciento de las porciones de bacalao analizadas en restaurantes, supermercados y pescaderías en Ciudad de México, no correspondían con el nombre de venta”, refirió.
Los datos del estudio indican que se comercializan tiburones de especies amenazadas, vulnerables y en peligro, las cuales se encuentran en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Se trata de ejemplares que están amenazados como cazón mamón, toro y coralino; mientras que entre los tiburones vulnerables están: puntas negras, zorro y tiburón sedoso, así como se encontró una especie llamada martillo, el cual está en peligro.
Los directivos de Oceana indicaron que el papel de los escualos es esencial e irremplazable para mantener la salud de los océanos, además muchos de ellos están amenazados y en peligro de desaparecer.
“Nosotros, sin saberlo, nos los estamos comiendo”, aseveró su vicepresidente, Pedro Zapata.
Resaltaron que en la presente temporada del año es cuando mayormente se consume bacalao y las pescaderías son las más fraudulentas, ya que lo sustituyen también con rayas, tilapias y otras especies.
Renata Terrazas, directora de campañas de transparencia del organismo y responsable de la investigación llamada “Gato X Liebre, venta y sustitución en la venta de bacalao”, explicó que la sustitución en las muestras analizadas fueron menores en supermercados con 4.5 por ciento, comparado con restaurantes (40 por ciento) y pescaderías (55 por ciento).
Los resultados de la investigación arrojaron que del total de muestras analizadas, el seis por ciento correspondía a producto de acuacultura (tilapia), 28 por ciento a especies de escama marina (mero, esmedregal, robalo y merluza), así como el 66 por ciento a elasmobranquios (rayas y tiburones).
“El objetivo de esta investigación fue identificar el grado de sustitución en el bacalao y conocer las especies que lo sustituyen, esta práctica tiene repercusiones económicas para el consumidor y la salud de los mares”, explicó Terrazas en un reporte.
Este estudio, realizado por Oceana es el primero de su tipo a esta escala hecha y publicada en México, usó el método de identificación genética de ADN para examinar en laboratorio las muestras de bacalao tomadas establecimientos de la capital del país.