Cada semana, los templos católicos reportaron en 2019 hasta 28 asaltos, entre robos de reliquias y asaltos a feligreses al interior de las iglesias del País, según un recuento del Centro Católico Multimedial.
Según el informe, dicho delitos afectaron a entre el 12 y 14 por ciento de los templos de las 19 provincias eclesiásticas del País, con ilícitos que van desde robos menores, como hurto de alcancías y objetos litúrgicos, hasta daños y delitos mayores con lesionados. así como el robo de arte sacro.
En Zacatecas, cuatro niños resultaron heridos y uno perdió la mano luego de que un objeto explosivo fue arrojado al interior de Iglesia del Sagrado Corazón, en la comunidad de Río Florido.
En Puebla, Ambrosio Arellano, sacerdote de 78 años, fue torturado al interior de su parroquia; mientras que, en Cuernavaca, el padre Juvenal Candia Mosso, de la Diócesis de Tlapa, fue atacado a balazos.
El 15 de enero, la Diócesis de León, Guanajuato, anunció que implementaría medidas de seguridad en los templos para disuadir la comisión de delitos ante continuos robos particularmente para sustraer donativos de las alcancías.
El 21 de febrero, habitantes de Colonia Lomas Independencia de Guadalajara protestaron al señalar que sumaban tres atracos al templo Nuestra Señora de las Rosas.
El 11 de marzo, el representante de la Asociación Interreligiosa del Estado de Morelos, Mauro Chino Silva, denunció en conferencia de prensa el alto índice de robos contra templos evangélicos y bautistas en la zona sur y del área metropolitana. Expresó que por lo menos, una vez al mes, los templos son blanco de atracos.
Y, el 19 de ese mes, el Arzobispo de Guadalajara, cardenal José Francisco Robles Ortega, denunció el incremento de hurtos en templos contra fieles a quienes se les arrebataba y despojaba de sus pertenencias.
Asimismo, Eduardo Patiño Leal, Obispo de Córdoba, en junio anunció que iglesias de la diócesis cerrarían sus puertas por la noche por la inseguridad. Indicó que en 15 días diversos recintos habían sido saqueados.
En septiembre, el Obispo de la diócesis de Nogales, Leopoldo González, anunció la suspensión de actividades litúrgicas realizadas por la noche en diversos templos e incluso de la Catedral, indicando que no había condiciones de seguridad.
En diciembre, Monseñor Ramón Castro de la Diócesis de Cuernavaca también tomó esta decisión debido a que dijo que fue tomada debido al miedo de los fieles.
Así como ellos, según en Centro Católico Multimedial, prácticamente el 100 por ciento de los templos o iglesias han tomado medidas de seguridad como la instalación de cámaras de circuito cerrado, barrotes, rejas, chapas de alta seguridad, alcancías blindadas y alarmas disuasivas.