Sabrina del Valle Reyes acaba de cumplir la mayoría de edad, pero desde hace cuatro años se «enamoró» de los tlacuaches, mamíferos marsupiales que generalmente son repudiados por la población en México.
Cuando tenía 14 años desconocía por completo las características de la especie, pero fue en ese momento en el que tuvo el primer tlacuache en su mano, era pequeño, del tamaño de un ratón.
«Me encantó la primera vez que lo vi; era muy pequeño, cabía en la mitad de la palma de mi mano, se dejaba agarrar, se dejaba cargar, y no era como en todas las películas o en videos de Facebook en donde salen torturados, los avientan o los queman».
En entrevista con XEU narra cómo con la ayuda de su familia lo empezó a alimentar, «y me enamoré de los tlacuaches, y poco a poco a mis amigos les dije que los tenía, investigué sobre los cuidados».
En todo este tiempo ha recogido, cuidado y resguardado a aproximadamente 50 ejemplares, algunos de ellos han sido regresados a la vida silvestre, otros que no se pueden valer por sí mismos los sigue protegiendo.
Su mamá, papá y hermana son veterinarios, y en el negocio familiar ha habilitado un espacio en donde actualmente resguarda nueve tlacuaches, la mayoría de ellos discapacitados.
La estudiante de preparatoria realiza una investigación sobre la enfermedad más dura que enfrentan los animales de ese tipo y la importancia que tienen en el medio ambiente.
Los mamíferos son clasificados de acuerdo a sus características: en el bloque «A» tiene a los adultos, agresivos y que se pueden reincorporar a la flora.
En la sección «B» están los que pueden ser adoptados porque fueron separados de su mamá y eran susceptibles a morir porque no aprendieron a buscar alimento.
En la parte «C» cuida a los que presentan alguna discapacidad, por ejemplo, ahí «tengo tres tlacuaches tuertos, una ciega y otros dos que desde muy pequeños (cinco centímetros) no aprendieron a sobrevivir».
Sabrina ha dado en adopción algunos de los tlacuaches, mantiene comunicación y contacto con las personas que se han interesado en ellos y «vienen, me visitan y convivimos» con los animales.
Respecto a quienes los repudian señaló que «si se dieran la oportunidad de conocerlos y saber realmente la importancia que tienen» no tomarían esa actitud.
Al concluir la investigación que realiza, tiene como meta conseguir un lugar más amplio y con mejores condiciones para abrir un albergue que se dedique al cuidado de tlacuaches en Veracruz.