En Estados Unidos, las autoridades estatales se apoyan en una mezcla de modelos estadísticos y una vasta gama de cifras para guiarse en medio de la mortífera emergencia del nuevo coronavirus y tomar decisiones cruciales, como cerrar negocios y abastecer los inventarios de suministros médicos.
Durante una temporada de huracanes, los estados costeros pueden confiar en los mismos modelos computacionales para advertencias sobre la ruta de una tormenta.Durante la pandemia, no existe un consenso para predecir el saldo ni la dirección del virus que está azotando comunidades en todo el país.
Con poca información sobre la que haya un consenso, los gobernadores y las autoridades locales están creando básicamente fuentes improvisadas de información con sus propios funcionarios y universidades.
Los modelos han causado conflictos en varios lugares.
Unos 75 manifestantes exigieron el jueves al Gobernador de Ohio Mike DeWine reabrir negocios y cuestionaron los modelos usados por su director de salud para mantener la orden de permanecer en casa en todo el estado.
Los detractores han fustigado a una matriz del Departamento de Salud de Iowa como arbitraria y aseguran que es usada por la Gobernadora para respaldar su decisión de no emitir una orden que quedarse en casa.
El Gobierno federal y muchos estados se apoyan en un modelo de la Universidad de Washington que es lo más cercano a un punto de referencia, pero que es tan impreciso que la última proyección del número de muertes tenía un rango de más de 100 mil.
En la capital, funcionarios de salud dieron el inusual paso de anunciar públicamente que no confiaban en ese modelo y adoptaron las predicciones mucho más fatalistas de un modelo creado por investigadores de la Universidad de Pensilvania.
Algunos estados, incluyendo Alaska, Ohio, Pensilvania, Minnesota y Luisiana, están incorporando el trabajo de investigadores locales y otros expertos para afinar sus propios modelos.
Funcionarios estatales han citado los pronósticos más pesimistas el emitir las órdenes de quedarse en casa. Otros han hecho uso de cifras más optimistas para justificar sus llamados a aliviar restricciones.
«Ahora sabemos que muchos modelos que están siendo usados no son exactos», reconoció el Gobernador de Missouri, Mike Parso, al explicar por qué decidió esperar hasta el lunes para emitir el decreto de confinamiento en su estado.
La reelección del Presidente Donald Trump pudiera depender de su manejo de la crisis y el modelo del que depende la Casa Blanca para sus pronósticos será un problema si resulta inexacto.
A diferencia del Centro Nacional de Huracanes, el Gobierno federal no cuenta con una oficina nacional de información que ofrezca modelos para abordar el virus.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, en inglés) no ha emitido públicamente ningún modelo propio respecto al brote del coronavirus.
La Administración Trump suele adoptar el modelo de la Universidad de Washington, pero los CDC no han identificado un consenso respecto a los modelos a usar por las autoridades estatales.
Natalie Dean, profesora asistente de Bioestadísticas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Florida, ha identificado una dependencia excesiva en los modelos y confusión sobre el papel que éstos deberían tener en la respuesta a una pandemia.
Dijo que parte de la información más valiosa puede ser anecdótica, obtenida de personas que trabajan en las líneas del frente contra la pandemia.
«Los modelos deben tener parámetros de ingreso. Uno necesita considerar muchas presunciones sobre lo que piensa que va a suceder y aún hay mucho que no sabemos. Debemos atender las cifras con escepticismo», subrayó Dean, que trabaja con otros expertos en estrategias de vacunas para el Covid-19.