Lugar:
Fuente:
e-consulta Veracruz / Inés Tabal G.

Desde hace dos años Luciano González ronda las calles del centro de Veracruz, la avenida Díaz Mirón es su casa y la iglesia que está junto, su cuarto, donde se refugia todas las noches.

Él es una persona sin hogar y como miles de ellos la enfermedad del coronavirus le resulta ajena a su vida.

Al caminar a lo largo de la avenida Díaz Mirón una de las principales rutas para llegar al centro de la ciudad, se observa en distintos puntos a personas que viven en la calle, sin techo, ni comida y que no cuentan con los servicios básicos de salud.

La mayoría están acostados en las bancas, con bolsas de basura las cuales les sirven como maletas y almohadas improvisadas.

En un espacio está sentado Luciano, con sus 90 años que se le reflejan en las arrugas del rostro, mientras que sus ojos manifiestan la tristeza del abandono, comenta que su madre, esposa y hermanas murieron ya hace varios años.

Dice que tiene tres hijos los cuales hace tiempo no ve, la menor de sus hijas y la que le brindaba apoyo económico también murió, mientras que los otros dos lo abandonaron a su suerte.

Él deambula las calles cargando un pequeño costal donde lleva ropa y alguna que otra cobija para taparse del frio o el sol, apoyado de un palo que le sirve como bastón, pues su pie izquierdo está paralizado debido a un accidente que tuvo.

Al preguntarle si no tiene miedo de contraer el coronavirus responde con un contundente «no, no me da miedo nada de eso», pues su mayor preocupación es conseguir algo para comer.

Extraña a esas personas que diario llegaban y le regalaban comida, pero de un día para otro las dejó de ver y no sabe por qué.

Él desconoce que esas personas probablemente estén en cuarentena y resguardados en sus casas por el temor de contraer esa enfermedad.

Don Luciano vive de lo que la gente le regala, según relata, contaba con el apoyo que el Gobierno le brinda a adultos mayores, pero un día le robaron sus documentos personales y no puede cobrar su pensión.

Todos los días se sienta en esa banca, como si esperara algo o a alguien, dice que de noche las calles del centro se vuelven peligrosas y que ya le tocó presenciar varios asaltos y ver cómo alguno de sus amigos que también viven en la calle los mataban, solo porque sí.

21 MILLONES DE MEXICANOS EN POBREZA EXTREMA

Miles de personas en situación de calle son vulnerables ante el coronavirus, para ellos el «Quédate en casa» es imposible pues no cuentan con otro hogar más que las calles, sin higiene y con la falta de los servicios esenciales de salud los convierte en presa fácil a la pandemia.

Según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) señalaba que, en 2011, último año del que se tiene cifra de 18 países, 36.3 por ciento de los mexicanos vivían en pobreza y de los cuales 13.3 por ciento eran personas que viven en las calles.

Mientras que las estadísticas del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) señalan que 21 millones de personas en México viven en pobreza extrema, mientras que 61.1 millones en pobreza.

De las cuales 20.2 millones no cuentan con los accesos a los servicios de salud, 25.5 millones a la alimentación y 13.8 millones no tienen calidad ni espacio a la vivienda.

Hasta el momento no se cuenta con ningún sistema de censo que contabilice el número de personas que viven en las calles y solo hay datos aproximados.