El 10 de mayo celebramos en nuestro País el día de las madres. Este año,
debido a la contingencia sanitaria, será un día doblemente especial. Primero
por la celebración misma, celebramos a quien nos engendró y llevó en su
vientre antes de conocer la luz de este mundo; aunque todos los días del año
debemos celebrar a nuestras mamás, el día 10 de mayo, es un día muy
particular.
Por otra parte, dada la contingencia sanitaria, una manera muy especial de
expresar también el amor a nuestras madres, es quedándonos en casa para no
exponerlas a ningún contagio. Esto no significa que no las podamos felicitar o
mostrarles el aprecio y respeto que como hijos les debemos a nuestras mamás,
hoy uno puede usar un teléfono, tener una video llamada o aprovechar las
diversas plataformas digitales para una videoconferencia con la familia.
En la Iglesia haremos oración y ofreceremos la Sagrada Eucaristía por todas
nuestras madres, por las que todavía están con nosotros o por aquellas que
Dios ya ha llamado a su presencia. Que Dios derrame abundantes gracias
sobre ellas y que recompense todo el bien que una madre hace por sus hijos.
Cada día de nuestra existencia es una hermosa oportunidad para honrar a
nuestras madres. Cada día debemos agradecer que tenemos una mamá. Ella
nos dio la vida, nos dedicó su tiempo y lo mejor de sí, nos enseñó valores y
principios, nos abrazó con ternura, nos protegió y llenó de todo tipo de
cuidados. Nuestra madre es la mejor maestra de la vida.
Honrar a nuestra mamá, significa darle su lugar, reconocerla y apreciar todo lo
que hace, valorar sus esfuerzos, decirle cosas bellas que entusiasmen su
corazón, alabar lo que hace y elogiarla por sus virtudes.
Honrar a nuestras madres, significa escucharlas con respeto, apreciar sus
pensamientos y enseñanzas, practicar sus consejos, sentirse orgullosos de
ella.
Honrar a nuestra madre implica demostrarle de palabra y de obra que nos
sentimos felices de tenerla entre nosotros; significa reconocer su sabiduría y
decírselo; ser agradecido con ella y mantener con ella una buena
comunicación.
Como hijos hemos de ofrecer a nuestras madres muchos momentos felices en
esta vida, es muy importante darles satisfacciones, compartirles nuestros
triunfos y hacerlas sentir de la mejor manera.
Honrar a nuestras madres significa apreciar todo lo que son, rezar con ellas y
por ellas pues ellas nos enseñaron con su vida y ejemplo el camino que lleva a
Dios.
En este 10 de mayo nos uniremos en oración para pedir a Dios por nuestras
mamás. Que Dios recompense todo el cariño, la bondad y la sabiduría que una
madre ofrece a su hijo; que Dios consuele a las madres que sufren y dé el
alivio a las que han perdido algún hijo. Y que Dios conceda la vida eterna a
todas las mamás que él ha llamado a su divina presencia.
¡Felicidades mamás!
Pbro. José Manuel Suazo Reyes
Director
Oficina Comunicación Social
Arqudiócesis de Xalapa
Foto de RTV