El pasado 27 de abril, Suiza inició su regreso gradual a la “nueva normalidad”, tras salir de su etapa más difícil por la crisis sanitaria por el COVID-19.
Para alcanzar esta primera fase, los habitantes permanecieron en sus hogares desde mediados de marzo y para evitar la saturación de hospitales, el gobierno de Suiza trazó una estrategia, así lo platica, la veracruzana, Tania Blanco, quien radica en tierras helvéticas desde hace 15 años.
“Empezamos desde febrero que empezaron a cancelarse todos los grandes eventos (…) fue hasta marzo un confinamiento voluntario, en Suiza son muy disciplinados, (…) si tú te sentías mal, tenías que quedarte en cuarentena y tenías que reportarlo, (…) para evitar que la gente por pánico se fuera a los hospitales y saturara los hospitales, en ningún momento hubo falta de camas o falta de cuestiones técnicas”.
El 11 de mayo inició la segunda fase del plan de desescalada de restricciones, que presentó la confederación Helvética, varios negocios y escuelas públicas de nivel preescolar hasta secundaria, retornaron a sus actividades, aplicando medidas de prevención, como el uso de cubrebocas y la sana distancia.
“Yo tengo una hija de 14 años, la primera semana le tocó ir tres veces a la semana y la siguiente semana solo fue un día, (…) los grupos solo iban solo la mitad, para poder cumplir con las distancias y los requerimientos y los recreos escalonados”.
Debido a la pandemia, el uso de efectivo es limitado, el celular es el medio para efectuar pagos.
Los ciudadanos, residentes legales y migrantes con permiso para laborar, que tuvieron que dejar de trabajar por la pandemia, el gobierno les proporcionó entre el 70 y 80 por ciento de sus ingresos salariales, sin embargo, la población con estatus migratorio ilegal, no puede acceder a estos apoyos, comenta, la comunicóloga, egresada de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Veracruzana.
“Qué pasa en el momento que quedan en el confinamiento, se quedan sin trabajo, sin comida, con sus familias, todas estas personas ilegales, porque no tienen, porque no cotizan, ninguna de las cuestiones sociales, los suizos cada vez que hay problemas en otros países, son muy solidarios y también se trabajó mucha solidaridad para apoyar a estas familias”.
El cierre de negocios en Suiza ha generado una crisis económica como en otros países.
Durante junio, Suiza continuará con su plan de desescalada, para seguir abriendo negocios como restaurantes, clubes nocturnos, zoológicos, cines, teatros, permitir servicios religiosos, reuniones de hasta 300 personas y la posible apertura de sus fronteras.
Foto: Agencia RTV Notocoas