El pasado 4 de junio de 2020, a través de un comunicado firmado por Mons.
Oscar Roberto Domínguez Couttolenc, obispo de Ecatepec, se presentó la
JORNADA NACIONAL DE ORACIÓN POR LOS SACERDOTES MEXICANOS
a desarrollarse los días del 4 al 19 de junio de este mismo año.
La jornada tiene por objeto: ORAR, ACOMPAÑAR Y AYUDAR a nuestros
presbíteros, con el fin de tener sacerdotes, testigos mensajeros de esperanza,
ante un nuevo comienzo que nos ha marcado la pandemia del COVID -19.
Es un hecho que los sacerdotes acompañan el caminar y progreso de los
pueblos, participan de sus gozos y alegrías, así como de sus tristezas y
angustias. Un párroco por ejemplo vive dentro de su territorio parroquial y por lo
mismo se entera de muchas maneras del acontecer que vive su comunidad. A
imagen del buen pastor que alimenta a sus ovejas, el presbítero tiene la
Palabra de Dios, los sacramentos, los tiempos de convivencia, los momentos
de oración y la catequesis a través de lo cual nutre la fe y la vida de sus
feligreses.
Tenemos muchos sacerdotes ejemplares que viven de forma callada, discreta,
generosa y fiel su ministerio. Ciertamente también reconocemos los límites y
problemas que puede haber en el ejercicio del ministerio presbiteral y por ello la
necesidad de acompañar y animar la vida de los sacerdotes para trabajar en
acciones preventivas y de ayuda ante quien enfrenta alguna situación delicada.
Los obispos son los primeros responsables de la formación, acompañamiento y
cuidado de sus sacerdotes. En la atención a los sacerdotes, el obispo funge
como “padre y hermano que los quiere, escucha, acoge, corrige, conforta, pide
su colaboración y hace todo lo posible por su bienestar humano, espiritual,
ministerial y económico” (Cf. Christus Dominus 16).
Junto con el obispo, la comunidad cristiana (sacerdotes y laicos) tiene también
una tarea importante en la formación, acompañamiento, cuidado y ayuda de
sus sacerdotes. La JORNADA NACIONAL DE ORACIÓN POR LOS
SACERDOTES MEXICANOS, favorece precisamente todas estas acciones.
Es muy importante que los fieles puedan encontrar sacerdotes maduros y bien
formados. La gente acude a ellos no sólo a pedir servicios litúrgicos o trámites
de documentos, muchas veces se acercan también para solicitar alguna
orientación o consejo, para compartir alguna preocupación o situación que los
angustia. Por eso, el presbítero está llamado a cultivarse continuamente, debe
fortalecer su santidad y cultivar su corazón de pastor ante esta nueva realidad
que estamos comenzando.
Luego de la contingencia sanitaria que ahora estamos viviendo, la vida pastoral
de la iglesia, seguramente no será igual; encontraremos nuevos desafíos y nos
tendremos todos que adaptar a nuevas exigencias. Con la ayuda del Espíritu
Santo, la Iglesia seguirá cuidando el bien espiritual y físico de sus fieles.
En esta JORNADA NACIONAL DE ORACIÓN POR LOS SACERDOTES
MEXICANOS intervenimos todos los bautizados. Cada uno según sus
diferentes responsabilidades: los obispos, los sacerdotes, los equipos
diocesanos de pastoral presbiteral y formación permanente, los laicos que
participan en diversos movimientos eclesiales y todos los fieles en general. Se
trata de fortalecer iniciativas que fortalezcan la vida y ministerio de los
presbíteros.
Pbro. José Manuel Suazo Reyes
Director
Oficina Comunicación Social
Arquidiócesis de Xalapa
Foto de RTV Noticias