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Crónica del Poder

El final del capítulo 9 de San Mateo sirve como introducción al discurso
apostólico que se desarrolla en el capítulo 10 del primer evangelio canónico.
Nos cuenta el evangelista, en esos últimos versos (Mt 9, 36-38) que Jesús al
encontrarse con una multitud, SE COMPADECIÓ DE ELLOS porque andaban
“como ovejas sin pastor”.
La primera observación que se puede destacar de esos versos es que TODO
PARTE DEL CORAZÓN DE JESÚS. “viendo aquella multitud” siente
compasión. Compadecerse, significa literalmente “padecer con”,
coloquialmente decimos “ponerse en los zapatos del otro”. Esto significa que
según la percepción de San Mateo Jesús tiene un corazón muy humano, un
corazón sensible que se compadece de los demás, un corazón lleno de
caridad.
En efecto, este es un rasgo que la Sagrada Escritura señala frecuentemente de
parte de Dios. Algo muy parecido dijo Yahvé a Moisés en el Antiguo
Testamento, cuando se le apareció en la zarza ardiendo: “he visto la aflicción
de mi pueblo, he escuchado su clamor… conozco sus sufrimientos. He bajado
para librarlo…” (Ex 3, 7-8).
Dios por lo tanto, según la visión bíblica, es alguien que se acerca a la gente,
no es indiferente al sufrimiento humano, sino que es alguien que se compadece
y busca librarlo de todo aquello que lo aflige.
En estos 2 pasajes bíblicos (éxodo y Mateo) tenemos un buen fundamento
para hablar de la Caridad apostólica. Es decir la misión de los apóstoles, de la
cual se hablará en el capítulo 10 de San Mateo, brota del mismo corazón de
Dios. Dios ve los males de la humanidad, percibe el sufrimiento humano y por
ello envía mensajeros para salvar: “curen a los enfermos, resuciten a los
muertos y echen fuera a los demonios” (Mt 10, 8).
La dura situación que viven muchas familias veracruzanas debido a la pobreza
que cada vez es más notable, y ahora se está intensificando a causa de la
contingencia sanitaria, les lleva a acercarse a organizaciones civiles en busca
de apoyo.
Una de estas organizaciones de ayuda humanitaria es CÁRITAS, el rostro
social de la Iglesia, que no ha dejado de apoyar y brindar ayuda a familias y
personas que acuden a las diferentes instalaciones en parroquias o en la
misma Cáritas Diocesana en Xalapa.
Cáritas ha brindado apoyos con sus servicios al prójimo necesitado durante ya
más de 29 años, estando presente durante las emergencias, desastres
naturales y acompañando en el día a día a quienes sufren. Durante esta
emergencia sanitaria han invitado a la Comunidad a sumarse a la obra que
realiza durante esta situación.
“Gracias a la generosidad de los bienhechores y al servicio incansable de los
voluntarios se han entregado más de 4,800 despensas en toda la
Arquidiócesis, además de los apoyos con medicamentos, bolsas de diálisis,
pañales, leche, análisis clínicos, estudios especializados, aparatos ortopédicos,
gastos del hogar (agua, luz, gas) entre otros que surgen de las necesidades de
nuestros Hermanos”, declararon los responsables de esta obra.
En cada obra de Cáritas vemos aplicado eso que la Biblia describe de Dios,
“tiene un corazón compasivo y se acerca a los que sufren para aliviarlos”. Esta
compasión con quien está enfrentando situaciones de indigencia se manifiesta:
“escuchando al hermano, consiguiendo víveres, preparando despensas,
atendiendo farmacia, comedores, entre otros servicios, exponiéndose incluso
con miedo para practicar la caridad con quienes sufren”.
Existen muchas formas de ayudar en Cáritas: seleccionando medicamento,
preparando despensas, organizando un comedor comunitario con la ayuda de
tu Párroco, participando en las Redes Vecinales de Solidaridad, brindando
acompañamiento a quienes están abandonados, entre otras actividades.
Nuestra gratitud, reconocimiento y oraciones para los bienhechores de Cáritas,
todos los voluntarios y colaboradores que desde ese servicio hacen llegar un
poco de ayuda a quienes se encuentran en necesidad.
Pbro. José Manuel Suazo Reyes
Director
Oficina Comunicación Social
Arquidiócesis de Xalapa