La “inmensa presión” que las personas ejercen sobre el medio ambiente y el mundo natural pone al planeta en riesgo de colisión, advierte un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
La consecuencia más visible de estos “desequilibrios planetarios y sociales” es la pandemia de Covid-19 y no será la última, a menos que “mejoremos nuestra relación con la naturaleza” y se modere la constante actividad humana que ha acelerado el cambio climático y la degradación de los ecosistemas.
“El poder que ejercemos sobre el planeta no tiene precedentes. Frente a la Covid-19, temperaturas que rompen registros históricos y una desigualdad que se reproduce, ha llegado la hora de utilizar ese poder para redefinir lo que entendemos como progreso”, señala Achim Steiner, administrador del PNUD.
En el documento La próxima frontera: desarrollo humano y el Antropoceno se introduce una variante experimental del Índice de Desarrollo Humano (IDH). Además de medir la salud, la educación y el nivel de vida de los países se incorporan las emisiones de dióxido de carbono y la huella de los países.
Este ajuste saca a la luz un nuevo panorama mundial con “una perspectiva menos idílica y más sincera sobre el progreso”: más de 50 países abandonaron el grupo de desarrollo humano muy alto como reflejo de su dependencia de los combustibles fósiles y su huella material.
En el caso de México, se observan “importantes mejoras” en el desarrollo de capacidades, que “lo colocan como un país de desarrollo humano alto”. El año pasado, el IDH del país fue de 0.779, ubicándose en la posición 74 de 189 países. “Esto, sin duda, es alentador, pues desde 1990, México ha incrementado su IDH 18.8 por ciento”, refiere el informe.
En la publicación, se considera que la humanidad ha dejado una huella tan negativa en el medio ambiente que las personas y el planeta están entrando en una nueva era geológica, la era del impacto del ser humano sobre la tierra, denominada Antropoceno.
Esta etapa sería consecuencia del modelo de producción de energía producida a partir del carbón, petróleo y gas que emite grandes cantidades de gases de efecto invernadero. Asimismo, el modelo de con-sumo, donde el crecimiento de la población necesita de un mayor uso de los recursos naturales, que en la actualidad sobrepasan la capacidad de la naturaleza para regenerarlos.
De acuerdo con la publicación, se estima que para 2100 los países más pobres del mundo podrían experimentar hasta 100 días anuales más de clima extremo debido al cambio climático, cifra que podría reducirse a la mitad si el Acuerdo de París se implementa en su totalidad.
Aunque no se incorpora el impacto de la pandemia del Covid-19 en los países, se anticipa que todos los rubros relacionados con el desarrollo humano “se verán afectados y se generará un retroceso de décadas”, por lo que a medida que las personas y el planeta entran en una época geológica completamente nueva, se requerirán medidas decididas para recuperar el desarrollo de capacidades de la población, para reducir las presiones sobre el planeta y para combatir las desigualda-des persistentes.