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E-Consulta Veracruz

Esaú Gamaliel Oliva Córdoba combina sus artesanías con la tecnología; él elabora bocinas de madera para celular y las vende online.
Por Carlos Caiceros.
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Esaú Gamaliel Oliva Córdoba es un veracruzano que a los 31 años encontró la forma de crear artesanías para resolver necesidades y venderlas a través de redes sociales dentro y fuera del estado.

Su creatividad y el uso de las nuevas tecnologías hicieron que su negocio sobreviviera a la crisis de la pandemia de covid-19.

Entre sus creaciones más vendidas se encuentran instrumentos que pueden servir como bocina para celulares, también crea calendarios “perpetuos” y los oferta en Internet. Afirma que además de los productos tradiciones, los trabajadores deben de encontrar la forma de seguir las tendencias en redes sociales.

Animalista y amante de la naturaleza, el joven profesionista en la carrera de Diseño Gráfico trata de que todo lo que elabora sea con responsabilidad ambiental, de ahí que haya optado por la madera, pues se conserva más que otros materiales como el papel, aunque ello no está peleado con la tecnología.

“Creo que en este siglo XXI, la apertura mental nos ha ayudado muchísimo a poder experimentar, a atreverse a hacer nuevas cosas, que esta famosa pandemia nos dé la oportunidad de poder pensar más allá, de tener un panorama distinto de lo que estamos realizando.

“El hilo negro de la creatividad ya se descubrió, ya todo está hecho, pero lo que estamos haciendo es mejorarlo y darle nuestro toque personal”, afirma convencido.

ARTESANO MODERNO
Residente de Naolinco, Esaú cambió el Diseño Gráfico, profesión en la que se graduó hace 9 años, para trabajar con la madera.

El joven cuenta que su incursión actual en el mercado de las artesanías surgió con el fin de experimentar en la elaboración de artículos que no están del todo asociados con la madera misma.

“Yo he tratado de buscar artículos distintos, si hay bocinas electrónicas que venden en las tiendas, ¿Por qué no hacer una bocina ecológica de madera? O en este caso, tenemos calendarios que son de papel, ¿por qué no hacerlos de madera?”.

Uno de los últimos inventos de Esaú es un portaincienso. Pero no es solo eso. Lo hizo en forma de casita con una chimenea, a razón de que, al momento de ponerlo, el humo de verdad salga por el orificio y simule una estampa real.

“Son artículos que tienen una función, aparte de embellecer o de decorar el espacio, que sean funcionales. Esa es otra de mis premisas, que lo que yo haga en madera o algún otro material, que sea útil”, refiere.

Cuenta que encontrar la utilidad de los objetos que elabora y su posterior manufactura le lleva entre 2 a 4 meses. Esaú parte siempre de una pregunta que se hace constantemente, precisamente enfocada a encontrar esa utilidad de la que tanto habla.

Así, en el caso de las bocinas, le llevó cerca de 3 meses, a través de la observación, elaboración de bocetos, entre aciertos y errores y todo lo que conlleva introducir nuevas herramientas.

PANDEMIA IMPACTO EN NAOLINCO
El joven no solo se dedica a las artesanías. También es docente universitario y como el grueso de la población, la pandemia afectó su fuente de trabajo y su desarrollo social. Pero también fue de provecho para su otra pasión.

A raíz del confinamiento obligado, inventó bases portátiles para laptops y tuvo una gran demanda, tanto que incluso vendió a otras personas de la república a través de sitios de internet como Mercado Libre, y en municipios fuera de Naolinco como Xalapa.

“Me vi afectado muchísimo en el sentido de que las clases venían algunas asignaturas cien por ciento prácticas y no era imposible, pero sí muy complicado explicarles a los alumnos la mecánica y las formas, sobre todo ellos porque carecen de herramientas. Yo trato de ofrecer aquí lo que tengo para que experimenten, pero a la distancia se vuelve complicado”, señala.

En el diseño gráfico, donde está enfocado a la serigrafía, también fue afectado, debido a que ha trabajado primordialmente en invitaciones para eventos como bodas o XV años, que bajó hasta en 80 por ciento.

Con todo este panorama, Esaú decidió experimentar este nuevo camino desde su casa. “Soy de la idea de autoemplearse. Y eso me ha beneficiado porque he podido precisamente experimentar con estos artículos y que me ha abierto un campo laboral distinto al que estado acostumbrado, que repito es la docencia y el diseño gráfico”.

Si bien la inquietud de hacer trabajos con la madera no es una herencia familiar, el padre del maestro se dedica a trabajar el metal y de él obtuvo la experiencia de ir creando nuevas cosas o mejorar las ya existentes con el plus de utilidad.

“Esa chispa me la contagió y yo también empecé a experimentar por inspiración de mi papá; por eso es como que me adentré y en la actualidad si tengo alguna duda, corro con él. Le pregunto cómo puedo resolver esto o aquello y me da solución, sino está la facilidad de internet, de poder encontrarlo”, dice.

Pero Esaú no utiliza el internet solamente para resolver alguna duda. Gracias a las redes sociales ha dado difusión a su trabajo, y ha encontrado en estas, un nicho importante para sus productos.

Detalla que gracias a ellas tuvo un boom cuando inició este proyecto personal e incluso montó por un tiempo una galería donde exhibía sus productos, pues sabe que un espacio físico es igualmente importante y genera confianza y credibilidad, pero definitivamente, el mayor número de clientes los ha captado gracias a las redes.

“De esta forma puede llegar a más gente alrededor de la República Mexicana y vender los productos que estamos realizando en Naolinco”.

El joven ve con buenos ojos que muchos jóvenes sigan sus pasos y los de otros. “Hay que renovarse”.